Me molesta mucho la incertidumbre.
Me incomoda la falta de información.
Y, especialmente, no me gusta nada tener que pensar, a estas alturas de mi vida, tener que decidir, tener que pararme para ver no qué rumbo o qué timón coger, sino para intuir cómo mi vida puede no pasar de la sartén a las brasas...
Me molesta cuando las cosas a mi alrededor no están claras.
Me molesta cuando no se ponen todas y cada una de las cartas sobre la mesa, sean del palo que sean.
Y me molesta mucho que pasen cosas a mi alrededor que me afectan -que intentan destruirme- y que nadie se dé cuenta de que la causa de la caída a lo mejor no está fuera -¡qué fácil es echar la culpa a los demás-, sino dentro.
Me molesta la falta de respeto, claro, porque como soy profesora, está a la orden del día en las aulas. Y fuera de ellas, porque a veces las familias... No todas, claro. Y mira que yo les entiendo. Comprendo mucho a los padres y madres que vienen a hablar conmigo a lo largo del curso -más madres que padres: es curioso que mi padre, maestro, ya lo decía hace treinta años y hoy sigue igual la cosa... Me pongo con más facilidad en su lugar porque yo ahora también soy madre. Pero tengo muy a gala que soy muy objetiva con mi hija, tanto que a veces los que me rodean se molestan conmigo -claro, yo a veces también soy molesta...
Hace un rato he hablado con un amigo que compartía mis molestias -es bueno saber que las molestias pueden llegar a ser grupales, hasta colectivas, tribales, culturales... No veíamos mucha solución. Otro amigo nos decía que a veces estas molestias pueden durar años en curarse. Y eso me molesta, claro, porque yo quiero una solución rápida, o, al menos, una pista para poner una tirita a mis molestias.
Bueno, tal vez no sean muchas las cosas que me molestan. Pero la incertidumbre es muy mala cosa...
Me incomoda la falta de información.
Y, especialmente, no me gusta nada tener que pensar, a estas alturas de mi vida, tener que decidir, tener que pararme para ver no qué rumbo o qué timón coger, sino para intuir cómo mi vida puede no pasar de la sartén a las brasas...
Me molesta cuando las cosas a mi alrededor no están claras.
Me molesta cuando no se ponen todas y cada una de las cartas sobre la mesa, sean del palo que sean.
Y me molesta mucho que pasen cosas a mi alrededor que me afectan -que intentan destruirme- y que nadie se dé cuenta de que la causa de la caída a lo mejor no está fuera -¡qué fácil es echar la culpa a los demás-, sino dentro.
Me molesta la falta de respeto, claro, porque como soy profesora, está a la orden del día en las aulas. Y fuera de ellas, porque a veces las familias... No todas, claro. Y mira que yo les entiendo. Comprendo mucho a los padres y madres que vienen a hablar conmigo a lo largo del curso -más madres que padres: es curioso que mi padre, maestro, ya lo decía hace treinta años y hoy sigue igual la cosa... Me pongo con más facilidad en su lugar porque yo ahora también soy madre. Pero tengo muy a gala que soy muy objetiva con mi hija, tanto que a veces los que me rodean se molestan conmigo -claro, yo a veces también soy molesta...
Hace un rato he hablado con un amigo que compartía mis molestias -es bueno saber que las molestias pueden llegar a ser grupales, hasta colectivas, tribales, culturales... No veíamos mucha solución. Otro amigo nos decía que a veces estas molestias pueden durar años en curarse. Y eso me molesta, claro, porque yo quiero una solución rápida, o, al menos, una pista para poner una tirita a mis molestias.
Bueno, tal vez no sean muchas las cosas que me molestan. Pero la incertidumbre es muy mala cosa...
Uy, madame, las soluciones rapidas frecuentemente no son las mejores. Yo todo lo quiero rapido, lo quiero ya. Soy el colmo de la impaciencia. Y las faltas de respeto me ponen enferma. Con lo cual me toca enfermar casi a diario.
ResponderEliminarBuenas noches
Bisous
Madame,
ResponderEliminara mi me pasa igual, por eso me pongo a propósito un margen de días para terminar de tomar las decisiones.
De las faltas de respeto, qué le voy a decir... Esto ya no es lo que era, desde luego.
Feliz descanso.