martes, 29 de junio de 2010

Comienza mi lucha contra las hormigas.

-Mamá, aquí hay una hormiguita que se quiere comer lo de la nevera -dijo Niña Pequeña.

Cierto. Ella lanzaba el primer grititio alegre de aviso, como si fueran vecinas en visita inesperada. Allí estaban de nuevo, caminando con el calor y aventurándose a atravesar por el hueco de la puerta, debajo de la alfombra de la entrada, bordeando sutilmente el zapatero y correteando rápido y en perfecta hilera debajo de la encimera.

Volvían con el final de junio, dispuestas y encabezonadas a colonizar mi cocina. Pero no sabían que esta vez las estaba esperando, armada con pimienta molida, hojas de laurel, polvos de talco y batería pesada en forma de trampas y venenos.






sábado, 26 de junio de 2010

Abandono la docencia.

Ayer fue mi último día de docencia. La fiesta de despedida de los alumnos de 4º de ESO me deja sabor agridulce: el del trabajo desinteresado de los que hicieron posible la fiesta y la realidad parcialmente recordada de los cuatro, cinco y hasta seis años pasados por alguno de esos alumnos en el colegio.

Sólo esta alumna se acercó ayer en la fiesta de despedida de 4º para decirnos adiós -silenciosa, discretamente, a su modo-. Esperaba más de algunos... Llegan siendo aún niños, se marchan en su adolescencia y sólo unos pocos apuntan maneras de los jóvenes adultos que serán algún día. Como ella, claro.

Abandono la docencia y espero resetear mi mente a lo largo del verano, olvidar situaciones y hasta nombres, recuperar mi tiempo donado durante nueve meses a esos adolescentes que ayer no eran capaces de despedirse con la cabeza bien alta. Dejo las aulas porque así lo marca el calendario -aunque aún quedan varios días de trabajo invisible dentro y fuera de las paredes del colegio- y porque el horizonte del nuevo curso suena a proyecto nuevo y alegre.

Volveré, claro. Sólo guardo el llavero del colegio durante dos hojas del calendario.


jueves, 24 de junio de 2010

Son unos desagradecidos, pero yo, no.

Gracias.

Gracias por el tiempo que le has dedicado a Niña Pequeña, que no se paga con dinero: las horas en las que habrás preparado el material, programado tus actividades, previsto lo que era mejor para que ella aprendiera y deseado hacerlo un poco mejor cada día.

Gracias por los ratos en los que te has parado a pensar en ella y cómo ayudar a que sea un poquito mejor persona. Por los minutos en que te has parado a su lado para saludar y provocar en ella una sonrisa. Por irte a tu casa decidiendo mañana mejorar de tus errores.

Gracias por la atención que le has prestado y las veces que has apuntado en tu agenda "recordar avisar a la familia porque...". Gracias porque ella sabe un poquito más y, sobre todo, porque es feliz.

Gracias porque has hecho más de lo que tu trabajo te pedía, optando por dedicarte a la persona más allá de las paredes de tu aula, por el tiempo silencioso en tu casa prefiriendo dejar un poco de lado a tu familia para volcarte en cómo enseñarle al día siguiente, por ejemplo, una simple letra.


Gracias a la profesora de Niña Pequeña a lo largo de este curso, y a través de ella, a todo su equipo.

Hoy entregábamos las notas a los alumnos y me fui con amargo sabor de boca de mi tutoría. Porque no son capaces de reconocer el trabajo que se ha hecho por ellos, de dar un simple gracias o reconocer que, tal vez, efectivamente, no se merecían esa nota concreta.

Claro que esto del agradecimiento se aprende en las familias. Muchos me leéis. Y este trabajo no se hace por dinero ni por las vacaciones, como muchos padres y madres piensan -y dicen: veremos mañana, en las entrevistas con las familias. Este trabajo son muchas horas de dedicación más allá de la jornada laboral, sufrimiento, alguna alegría suelta, tiempo robado a estar con nuestras familias y nuestros hijos -que los tenemos, mira por dónde.

Gracias. De nada, para eso estamos. No es tan difícil. Pero, como dice mi madre, el tiempo lo dirá y pondrá en su sitio. Sabor amargo esta mañana porque, además, muchos se van a disfrutar del verano sin, realmente, ser mejores, ni más estudiosos, ni más trabajadores: continúan muchos siendo desagradecidos, pensando que lo nuestro es satisfacer sus más inmediatas necesidades porque-para-eso-estás-ahí.

Pero yo le doy gracias a la profesora de Niña Pequeña. Porque le ha dedicado tiempo a lo más importante que tengo. Y eso, ya, para mí -que soy muy agradecida-, es suficiente.


martes, 22 de junio de 2010

Comienza la mudanza, llega la hora.

El final de curso es como preparar una maleta.

Mis compañeros hoy eran atacados por una ira enferma traducida en trajín de cajas de mudanza y bolsas de desechos fungibles apilados durante diez o más años.

Pero lo peor es lo de los cuadros. Ayer mi amiga Maricarmen y yo volvíamos de comer y nos quedábamos paradas en la entrada. Y es que faltaba algo. La mano de Josemanuel, alargada como la sombra del ciprés aquel, había acabado con los cuadros; las paredes estaban desnudas. Echábamos de menos la presencia en la que no habíamos caído hasta que ya no estaba.

Como en la vida real.

¿Cuántas cajas de mudanza seremos capaces de llenar en el colegio estos días?




viernes, 18 de junio de 2010

¿Quien vive en la piña debajo del mar?

Los murmullos de los alumnos en las clases suenan ya a que piensan en las vacaciones -aunque algunos llevan de vacaciones desde septiembre...




Dedicado a los alumnos de mi tutoría de 2ºESO, que hoy estaban enredados en un serio debate: ¿cómo es la letra de la serie de dibujos Bob Esponja?

Estoy de acuerdo con Eladio, que en su blog Una odisea escolar, también hablaba en su entrada de ayer de...

martes, 15 de junio de 2010

Hacienda no me entiende.

Hoy he estado en la delegación de Hacienda más cercana. Yo sabía con certeza que se iba a reproducir la escena que se viene sucediendo desde hace cinco años:

Cualquier día entre junio y septiembre...

-
Buenos días.
- Buenos días -dice, ligeramente ladeada, la mano sobre el ratón, la mirada fija en la pantalla.
- Hice mi declaración de la Renta hace unos meses y vengo a volver a presentar estos papeles: parece que hay algún problema...
- Veamos.... sí.... claro, claro.... Ya sabe que se están investigando a las rentas más altas...
- Claro, claro -contesto, mientras me pregunto cómo he podido entrar en el selecto grupo de 400 españoles con rentas elevadas y que están sacando su dinero de España, destino Bélgica, Luxemburgo, Suiza y Malta, evitando precisamente esa investigación...
- Ya veo, ya... Claro, el problema es que se compró un inmueble el año pasado y no ha declarado aún los otros adquiridos en los últimos cuatro años -me responde, mirándome de reojo.
- Debe haber algún error, porque esto me ocurre todos los años, y como puede comprobar -indico, señalando mi cartilla, el contrato de trabajo, la hipoteca y varios recibos del Banco que me han pedido que lleve por tercera vez-, eso es imposible.

Ella observa casi con deleite mi hipoteca, ojea mi cartilla (de paso, el dinero de mi cuenta). Me pregunto de nuevo cómo, estando en la era digital, el iPod, el Iphone, el libro digital, las redes sociales, los blogs, las videoconferencias y las conexiones a red a través de un lápiz electrónico... ¿Cómo puede ser que Hacienda, puntualmente desde hace un lustro, se empeñe en no corregir que no tengo 65 años, soy pensionista y me compro una vivienda nueva todos los años?

- Verá... -la miro, claro- Obviamente, es un error -suspiro. -Pero, ¿sabe? Yo podría arreglarlo aprentando este botón -lo miro.- Pero no voy a hacerlo. -recalca el no, por si no he comprendido bien la gravedad de mi situación.- Ya le comunicaremos qué papeles tiene que traer.
- Ah, claro -otra vez más de lo mismo, un año más-. No puede hacer nada entonces, ¿no?
- Ya le digo que lo podría arreglar aprentando este botón, pero no lo voy a hacer. Estamos investigando a las rentas más altas. Buenos días.
- Buenos días.

Y luego, de risa las amenazas de huelga general... Supongo que se callarán a golpe de subvención, mientras podemos leer noticias como esta o esta.


lunes, 14 de junio de 2010

Lo que dices es importante.

Mientras juega con sus cocinitas y después a pintar con pincel, Niña Pequeña parlotea sin parar; su mundo de medio fantasía y casi realidad se deshace en palabrería.

- Niña Pequeña, no hace falta hablar todo el tiempo. ¿No puedes callar un minuto? -dice Mamá.

- No, mamá, no puedo: es que lo digo es importante -contesta.

Se para un segundo, con el pincel en lo alto. Y asegura muy convincente:

- Pero no tú no te preocupes, mamá: en clase no hablo.


domingo, 13 de junio de 2010

Muerte dulce y jugosa.

Fue un placer sentir que explotaba su jugo en mi boca.

Hoy había cerezas, mi fruta favorita, en el mercado...



sábado, 12 de junio de 2010

Una gota de rocío.

Nos queda aún el espacio entre tu cuerpo y el mío.
Nos queda, en fin, la distancia de tu pequeño ombligo.



Niña Pequeña nació una madrugada de San Andrés por medio de una cesárea.


viernes, 11 de junio de 2010

¿Qué hacer con estos alumnos?

Entraba esta mañana en una clase de 3º de ESO por la que no paso este curso, pero cuyos alumnos son conocidos por mí después de los tres, cuatro y hasta cinco años que llevan algunos en el colegio...

Un alumno me preguntaba qué podría hacer de provecho en la clase. Para quien no conozca el mundo de la educación, este chico en realidad estaba pidiendo bajar al patio porque le resultaba insoportable tener que estar en el aula, ya que generalmente cualquier cosa que se les explique resulta aburrida, sin sentido y sin conexión con su vida. Viendo a este alumno y a algunos de sus compañeros se me ocurrían unas cuántas cosas que resultarían de provecho para su vida... Compañeros de este alumno jaleaban la propuesta y me decían que estudiar es perder el tiempo.
  1. Estudiar, es decir, aprovechar la gran oportunidad que le está dando la sociedad para formarse y poder luego ser independiente.
  2. Valorar el esfuerzo que hacen por él su familia, profesores y sociedad en general, al confiar en él como alguien que merece la pena a pesar de todo.
  3. No creer que siempre será adolescente, protegido hasta el extremo por sus padres, logrando siempre en la vida cualquier cosa por el simple hecho de pobrecito, es mejor que no sufra nunca y yo le resolveré todo -como me dijo una vez una madre.
  4. Mostrar educación y respeto hacia sus compañeros, profesores y familiares. Sé que muchos padres y madres me leen. Pero no sé si se dan cuenta de que la sobreprotección se les vuelve en su contra, que están generando seres antisociales, que rechazan las normas porque todo vale y así lo ven en su casa.
Algunos me dicen que soy ácida con los adolescentes y que mi visión no es todo lo positiva que debiera... Merecen la pena, es cierto, puesto que son los adultos del futuro, los que trabajarán, los que sostendrán las pensiones de nuestros mayores, los que deberán construir -o reconstruir- nuestro país. Y por varios -pocos a mi parecer- merece la pena dejarse las horas. Pero no veo en ellos cuando entro en las clases, a los futuros obreros, médicos, profesores, fuerzas de seguridad, carpinteros, trabajadores en general... Veo personas maleducadas, irrespetuosas, que chupan de la sociedad sin ser capaces de vivir en sociedad, irreverentes, egoístas, tiránicos con los que les rodean, niños acostumbrados a que todo se lo den hecho y a que todo vale.

Qué país nos espera. Esta también es una crisis latente que está germinando de forma invisible...


martes, 8 de junio de 2010

Oda al Bibliometro.

Para los que no lo conozcan, el servicio de Bibliometro permite a los usuarios del Metro de Madrid poder solicitar y dejar libros en toda la red subterránea de la ciudad, como si fuera una biblioteca "convencional" de superficie.

Lo comento porque hoy me he sorprendido al ver que en la estación en la que yo me bajaba esta mañana había una fila de gente esperando turno para dejar, cambiar o solicitar su libro en la recepción del Bibliometro. Y me he acordado de Pedro, mi profesor de Lengua de EGB, cuando se empeñaba en darnos clase a base de leer, dictar poemas o hacer redacciones.

A mí siempre me ha gustado leer y ahora, aunque tengo menos tiempo, procuro encontrar un ratito diario para el libro que tenga entre manos en ese momento.

Supongo que mis padres lo hicieron todo, o pusieron las bases -que es como decir que hicieron todo- cuando desde muy pequeña me leían un cuento todas las noches, antes de dormir -costumbre que en casa mantenemos con Niña Pequeña, claro. Recuerdo bien a mis padres leyendo por las tardes; a mi madre siempre decantada por las biografías, mi padre más por los poemas. Mi hermano también es un devorador de libros. Imagino que el colegio también ayudó, porque cuando acababas las tareas de clase te permitían coger un libro de la biblioteca de aula o estar un rato en la biblioteca.

Algunos padres -y madres- me preguntan ahora, acabando el curso, qué tipo de deberes pueden mandar a sus hijos para el verano. Muy fácil: leer. Claro, que esto no se lleva ya tanto, porque los adolescentes prefieren la pantalla y las consolas, pero... tal vez soy un poco soñadora al creer que es imposible que no haya un libro, una revista o un tebeo que no pueda llamar la atención a un adolescente. Hace poco le comentaba a la madre de una alumna de mi tutoría -2º de ESO-, que se quejaba de que su hija había perdido el gusto por la lectura, que se fuera con ella a merendar y después de compras. Sí, querida, a una buena y gran librería, a dejar que su hija se pasee entre los estantes el tiempo que precise, y te vea ojear -y hojear- libros a tí. Que decida ella qué se lleva.

Y tengamos esperanza: aún hay jóvenes a los que les gusta leer: María, también de mi tutoría, me decía que si sacaba una determinada nota en un examen, su madre le regalaba un paquete de libros sorpresa. Otro día, después de mi clase, sacaba un libro de la cajonera y se ponía a leer...

Yo, por si acaso, acabo de hacer un pedido de libros online para mi hija...


lunes, 7 de junio de 2010

Como Crusoes entre armarios.

Los armarios del despacho se están quedando vacíos, en muda despedida. No sé qué pensarán ellos, si es un adiós sin fiesta o una posibilidad de algo nuevo, sus puertas abiertas como bocas, cristales limpios, mirando con ojos bien abiertos las cajas de la mudanza que se van apilando rítmicamente.

Sobrevivimos en la mudanza y la novedad del próximo curso, decía Josémanuel. Como Crusoe, romántico, pirata dispuesto a hacer prevalecer su honor y firmeza en el empeño del proyecto acometido.


viernes, 4 de junio de 2010

Gracias: madres solidarias en mi colegio.

¿Qué les mueve a un puñado de madres -siempre ellas, curioso: la mujer como puntal- a regalar hoy en mi cole su tiempo para hacernos solidariamente un poco más felices?

Hoy celebrábamos en mi cole la fiesta anual; Bar Solidario, Tómbola, talleres, un rato de deporte...


jueves, 3 de junio de 2010

Hay dos huérfanos cerca de mí.

Hay unos zapatos huérfanos camino de mi casa; ni muy grandes ni muy pequeños. Eso sí, discretos, negros, con sus cordones sin gastar en exceso y esas suelas algo dobladas de denuncian su mucho uso. Perfectamente colocados uno junto a otro, izquierdo y derecho en orden, como dejados pues al abandono consciente de su antiguo dueño.

O como queriéndoles indicar el camino que ahora deberán emprender solos, pero en equipo...

martes, 1 de junio de 2010

Nyx.

Niña Pequeña tiene una tendencia natural, casi una querencia, a gastar las noches en todo tipo de tareas. ¿Qué poder mágico puede tener una criatura de tres años para retrasar la salida del sol y hacer la noche un poco más eterna? Hoy luchábamos de nuevo contra la fiebre, a contra reloj, deseando que Nyx -la Noche griega- fuera un poco menos devastadora y un poco más amiga del Orden...