domingo, 30 de mayo de 2010

Fui punto en multitud por donde fui...

Hoy me resisto a dejar marchar una juventud no muy lejana. Tengo recuerdos que me atrapan. Por eso vuelvo a la canción que soy:



viernes, 28 de mayo de 2010

Desayuno anticrisis.

La solución ha venido de un cartel colgado en la cafetería cercana a mi casa:

"Contra la crisis: el desayuno anticrisis:
café, tostada y zumo de naranja..."

Por 2 euros.

¿Cómo no se les ha ocurrido esto a sus respetables señorías?: desayuno obligatorio en todos los puestos de trabajo...


jueves, 27 de mayo de 2010

Disonancia adolescente, cacofonía humana.

Dice la RAE:

cacofonía.

(Del gr. κακοφωνία, de κακόφωνος, malsonante).

1. f. Disonancia que resulta de la inarmónica combinación de los elementos acústicos de la palabra.


Cacofónicos, disonancias adolescentes, elementos disacordes pasivamente situados entre silla y mesa. Así eran hoy las 85 criaturas entre 13 y 16 años con las que me he relacionado esta mañana: sin escucharse, incapaces de entender las palabras del compañero del lado más cercano, obsesionados todos ellos por hacerse oir al precio que fuera, ignorantes en la conciencia de que dialogar con otros nos hace mejores.

No me extraña que tengan miedo al silencio. Igual se escuchan a sí mismos...


miércoles, 26 de mayo de 2010

Ellos son porque actúan mirando a otros.

Los cordones de las zapatillas hablan y dicen del Otro Yo que habita dentro, ese que susurra de vez en cuando. Observaba hoy a mis alumnos de 1º de ESO mientras enumeraba las capas de la atmósfera; no es la forma de vestir, las lecturas, los adornos de las agendas o la forma de peinarse. No, no es eso lo que define o distingue, uniformados todos en unas modas que van y vienen...

Lo que nos hace diferentes son los cordones de nuestras zapatillas y el color que elegimos para ellos, cómo los cruzamos en el empeine y de qué manera los atamos. Mi alumna, hoy no sentada en su sitio habitual, tenía los cordones atados detrás de los tobillos; tensos, distintos, originales, gritando lo que ella no diría nunca en público -porque ya se sabe que las cosas son más fáciles al otro lado de la pantalla, propia o ajena. Veía yo entre medias de las mesas cordones de distintos colores, dibujando aspas, invisibles, deshechos...

Los cordones de las zapatillas son banderas de sus dueños, y me los imagino yo afanados por la mañana en cruzarlos y descruzarlos, revisar bien la lazada, definir la estrategia mejor para que desplieguen con soltura el mensaje yosoydiferente, yoquieroserdiferente.

Energía gastada en reivindicar lo que los del Mundo de los Adultos ya sabemos... Mi compañero Raúl me decía esta tarde que una persona lo es porque actúa mirando a otros. Pienso yo, tal vez, que los cordones de las zapatillas, con sus lazadas imposibles, son el deseo de que miremos más atentamente a sus dueños...


martes, 25 de mayo de 2010

La raza de los manipuladores.

Ya dije una vez que existe una clara raza llamada de los líderes. Y con frecuencia también he comentado que me molestan las mentiras -tal vez porque yo suelo tener la conciencia tranquila... Pero estoy descubriendo que hay otra raza, otra clase, otras personas que forman parte de un selecto grupo de manipuladores.

Estos están agazapados a tu lado. El manipulador te rodeará poco a poco, observará tus movimientos y a la gente con la que hablas o te relacionas con más frecuencia; establecerá un tiempo de control del terreno, conocerá tus costumbres y un día se aproximará a tí. No será ni demasiado pronto ni demasiado tarde: en el momento preciso, seguramente cuando te encuentre más cansado, más débil o potencialmente distraído. Como sabrá de tus puntos débiles por su larga observación, conducirá la conversación, aparentemente sencilla o banal, a su espacio. El manipulador te abrazará silenciosamente, oculto en una capa de amistad eterna, fiel y duradera. Si te pilla desprevenido caerás en la red poco a poco, sin darte apenas cuenta, incluso diciéndote por dentro que cómo no te habías dado cuenta hasta entonces de esta persona imprescindible en tu vida. Tomará el control de tus acciones, dependerás de él en la toma de una decisión o, si tiene un gran poder y mejor labia, se asegurará de cerrarte tu círculo social.

Por eso hace tiempo que he puesto contraseñas en mi vida. Para que no me roben el corazón ni el alma, para no permitir que rompan mi fidelidad. Hace poco me quité una venda de los ojos y casi creo sólo en el sálvese quién pueda... Y me queda un agrio sabor de venganza, porque aunque un manipulador lo intente, no logra ser ni sibilino: al menos a las sibilas les hablaban los dioses...


domingo, 23 de mayo de 2010

Ser fiel (mirando a quién).

Mi Otro Yo, el de mi conciencia y la voz que me susurra de vez en cuando dónde queda el Bien y dónde el Mal, está contento y satisfecho, alimentado con el placer de haber terminado la pequeña misión que me encomendaron en el colegio -poca cosa, tal vez, buscar alumnos con ganas de dar la bienvenida en la fiesta del colegio o preparar un sencillo taller de pinturas para los más pequeños. Esa Otra Persona que vive conmigo en paralelo está alegre porque por la tarde, cuando ya todo acababa, mi amigo Josémanuel me decía la mejor palmada en la espalda posible para mí:

- Qué fidelidad.

Declaro que soy fiel y leal a mi gente y a mis amigos, a algunas causas perdidas y al trabajo que me encomiendan hasta que se acaba la tarea.


sábado, 22 de mayo de 2010

De olores.

Los libros nuevos huelen a hierba mojada.


Un breve apunte de la fiesta de hoy.

Hoy es sábado. Y ellos no lo querrán decir, tal vez, lo que trae este día; no lo comprendo, porque su fiesta hoy es un regalo para todos los que les queremos, los muchos que les rodean y los aún más en los que influyen.

Hoy será la fiesta religiosa de dos amigos, que sé que me leen, aunque hoy, sábado -su sábado- no. Y le decía en el coche ayer a uno de ellos que debía de ser su tercer día más importante, después de su boda y el nacimiento de sus hijas.

Muchos de los que me leen saben que soy creyente, que formo parte de la Iglesia, así, entrando y saliendo, disfrutando y peleando con ella, estudiando la fe desde dentro para entender mucho y creer aún más. Por eso hoy es fiesta para los que somos Iglesia. Mis amigos Josémanuel y Javier serán ordenados en unas horas diáconos permanentes.

Gracias. Y también a sus generosas esposas, claro.

jueves, 20 de mayo de 2010

Soy un queso.

Mis amigos blogueros Perikiyo y la Dame Masquée han lanzado esta semana la cadena "Si yo fuera" (que podéis leer aquí y aquí). Y si yo fuera un alimento, creo que sería un buen pedazo de queso. Mi amigo Juancarlos siempre dice que este es un aperitivo que hay que tener en casa para las visitas.

Es decir, el queso tiene un punto de acogedor y hogareño; un queso de Valdeón, fuerte, como a mí me gustan, muestra el carácter de quien lo tiene y quien lo elige. O un suave queso cremoso, de los de cuchillo fino y punta de pan, esos que se comen mientras compartes mesa. O el de Niña Pequeña, el de envolver, como dice ella: el tranchette de siempre, del sandwich de la merienda infantil apresurada, para el parque y a jugar: gastar el tiempo a tu lado porque mereces la pena... Un queso tiene detrás personas y un nosequé de naturaleza, su tiempo controlado de preparación y espera, que es como se hacen y cuecen las cosas importantes: poco a poco, despacito, con organización y cerrando cosas.

¿Qué queso eres?


miércoles, 19 de mayo de 2010

¿Sabes? De tal astilla, tal palo.

Hay ciertas cosas que un profesor como Dios manda no debería hacer nunca, como por ejemplo: llamar a la familia ante la duda de si el hijo ha falsificado una firma, mandar deberes, pedir un cuaderno completo, explicar un trabajo y -además- que se termine en casa o avisar a los padres cuando el alumno lleva llegando tarde a clase de forma más o menos constante.

Y es que luego te dicen que lo normal es que los hijos falsifiquen la firma de los padres, los alumnos se traumatizan con tantas tareas para casa, los cuadernos ya no se llevan, los trabajos no sirven para nada (y, de paso, se cuestiona si los evalúo o no) y es imposible que el alumno llegue tarde: mi hijo no es así, que lo conozco yo.

¿Y si yo fuera el notario que firma los papeles de su piso, el médico que le saca del apuro en urgencias, el barrendero que le deja la acera inmaculada o el funcionario de la ventanilla a la que tiene que ir sí o sí?

Eterno tema, como podéis leer aquí o aquí.

Y es que hoy volvió. Hoy me la volví a encontrar, apareció ella, seguida de sus argumentos. Hace años fue que quién era yo para mandar a su hijo hacer una examen de recuperación; hoy era otra cosa, otra nota, otro trabajo, algo sobre su hija. Yo sabía que volvería, que en algún momento del curso doblaría la esquina, bajaría la escalera, cruzaría un pasillo, y allí estaría ella, esperándome; casi me frotaba ya las manos pensando que se acerca junio y aún no nos habíamos visto cara a cara. Me equivoqué, claro, sumergida en mis vanas esperanzas. Estaba convencida antes como lo estoy ahora de que, si el próximo curso vuelvo a dar clase a su hija, allí estará ella, agazapada, esperando la ocasión de demostrar de lo que es capaz, fijando la mirada, calculando la distancia, esperando el momento preciso con más público para hacerse valer, así, a su manera.

Que no se extrañe nadie luego cuando yo digo que de tal astilla tal palo...


martes, 18 de mayo de 2010

Hay personas cerca de mí que son transparentes.

Llevo unos días dándome cuenta de que hay gente que es transparente.

No me refiero a que sean invisibles, de esas personas que para algunos son como parte del mobiliario urbano: la calle, el banco, el semáforo, el anuncio, el indigente...

Algunas personas son transparentes porque se les escapa el alma por los ojos, como a mi amiga Olga. Antonio, que es un alumno mío de 2º, dice que a estas personas se las conoce por dentro y son coherentes, pero que es fácil que se pongan una careta, por si les descubren.

Yo no hablo de esas transparencias, que son un poco como de gasa y fiesta. No. Yo me refiero a las personas a las que hacen transparentes a fuerza de ignorarlas, a esas con las que uno se cruza por un pasillo, pero alguien mira al frente y le traspasa, más allá, hacia la puerta de salida...

Lo que no tengo muy claro es si esas personas que transparentan saben que un cristal roto puede hacer sangrar...


domingo, 16 de mayo de 2010

¿Quieres este limón?

¿Quién puede dejarse un limón en el banco de mi portal? Abandonado, perdido o repudiado, lleva allí sentado, esperando su vuelta, dos días enteros...


sábado, 15 de mayo de 2010

Oculimundi, premio Blog del Día

Blog del Día ha entregado a Oculimundi el Premio Blog del Día para hoy, 15 de mayo. Curiosa casualidad que en el día de San Isidro, fiesta en Madrid, se lo den a una madrileña -¿habrá sido cosa del santo?

Este premio no hubiera sido posible sin los que leen mi casita virtual, lo enlazan o hablan de él. Muchas gracias a todos vosotros y que disfrutéis un premio que es también vuestro.

La entrevista que me hicieron la podéis leer pinchando aquí.


jueves, 13 de mayo de 2010

Un bus estruendoso es un mal viaje.

Ayer me prometí una vuelta en autobús hacia mi casa lo más tranquila posible; cansancio metido en la mochila, aunque menos de lo previsto para ser miércoles, el más difícil de mis semanas. Saqué el libro, acomodé la mochila entre mis pies, el paraguas (granizó a mediodía), la bolsa con la última compra de ultimísima hora -le gustará a Niña Pequeña, seguro.

Tengo prisa por acabar este libro, una de esas lecturas más o menos obligatorias de mis clases de la tarde: me esperan ya los apuntes y poco tiempo por delante. Debo terminar estos días, a más tardar en el fin de semana, ponerme luego al día de esta asignatura a la que he faltado un poco más de lo debido por cuestiones de trabajo. Así que el tiempo es dorado y breve y este rato hasta casa me permite avanzar unas páginas más.

Se sentó a mi lado, impasible; colocó también la mochila entre sus pies, el abrigo más o menos sujeto en las rodillas. Lo vi venir según caminaba por el pasillo. Le precedía la música electrónica que se escapaba de sus ridículos auriculares de bolsillo, demasiado pequeños para retener tantos decibelios. Era como uno de mis muchos alumnos que se pasean como si fueran de la policía secreta, audífono en la oreja como un apéndice más... Comprobé en segundos que era inevitable: su música y él habían elegido el asiento que se encontraba a mi lado.

No he podido mantener mi lectura a la velocidad que mi poco tiempo me permite; las líneas se cruzaban mientras mi compañero de viaje nos acribillaba con su estruendo auditivo. Me pregunto si será capaz de hablar en un tono de voz normal...

miércoles, 12 de mayo de 2010

A los dragones les gustan las galletas.

Ayer pude estar en la clase de Niña Pequeña, invitada por su profesora. Desde hace dos meses se venía haciendo un taller de cuentos, creados (o leídos, no me adentré a investigar) por los padres -y madres- y este día me tocaba a mí presentar el mío a veinticinco caritas...

Era consciente de que contaba con la facilidad que me da mi trabajo, pero no sabía que encontraría un público encantado de poder escuchar y dispuesto a colaborar. A los profes de pequeños, sus alumnos les quieren... Después, me llevé de regalo, por si fuera poco, un dibujo de cada niño sobre el cuento que yo les había preparado.

Para los curiosos, el cuento me lo inventé: A los dragones les gustan las galletas; podéis leerlo pinchando aquí.


lunes, 10 de mayo de 2010

Le gustan los huevos de chocolate.

Niña Pequeña se aventura al mundo.

- Mamá, ¿qué nos dan las gallinas?
- Huevos, Pequeña.
- Claro, para hacer tortillas, mamá. - Se queda pensativa, un dedo en la boca- Y también huevos de chocolate, mamá. -Afirma, con su Pequeña Sabiduría.


sábado, 8 de mayo de 2010

La mujer moderna de edad incompleta.

Buscaba el jueves pasado un cajero de mi Banco; necesitaba con más o menos urgencia sacar algo de dinero: unas compras rápidas antes de entrar en clase, las fotocopias tardías de unos apuntes dejados por mi compañera y algo de suelto para por si acaso.

La encontré en el cruce, al borde de la rotonda, cerca de la tienda de la ONG en la que compro con frecuencia (por aquello del uso solidario del dinero). Junto a las dos ambulancias siempre perennes allí, al lado de la gasolinera. Vestía de lana fina, en color gris, delgada, marcando la curva de sus caderas, medias negras opacas y altas botas oscuras, tacón ancho, cuero o piel impolutos. No hacía calor, ni siquiera algo de esa luz que está, pero no está y aún así molesta, aunque llevaba -quizá por si acaso, también- unas gafas de sol-. Esperábamos todos el semáforo en verde y ella nos ignoraba sin desprecio desde el otro lado de la acera, moviéndose al ritmo de su música -era de esas que lleva la banda sonora puesta-, discretos los auriculares ocultos bajo su cuidadosamente descuidada melena. Un bolso grande, para todo, como único complemento.

La miré el tiempo justo que dura el semáforo en cambiar de color. Y no sé porqué, me pareció que estaba viendo la portada de una de esas revistas que llaman femeninas, de moda, artículos más o menos feministas progres y foros en la red... La mujer joven -una edad indefinida entre los 30 y los 40 años-, moderna, de las de ahora.


jueves, 6 de mayo de 2010

Campaña del Bar Solidario en el colegio.

Esta semana, nueva campaña del Bar Solidario en el colegio. Para más información, leed aquí.

¡Gracias, mamás! Y extensible a todos los que colaboran de una u otra forma (los alumnos de mi tutoría, algunos, comiendo dos inmensos bocadillos en un recreo de 25 minutos...).

miércoles, 5 de mayo de 2010

¡Cómo me molestan las mentiras!

Hay personas que mienten, de forma más o menos descarada, y tal vez como un sistema de defensa. No lo tengo muy claro, pero sí lo he comprobado.

Hay alumnos que mienten: no han hecho los deberes porque tenían médico (por cierto, padres de alumnos que me leéis, es curiosa la cantidad de veces que pueden acudir al pediatra en una sola semana vuestros niños...), porque nadie en su casa les pudo tener un cuaderno a tiempo, porque el hermano pequeño les arrancó la hoja, porque tenían cuatro exámenes aquel mismo día, porque...

La mentira puede extender su red incluso entre personas que nunca esperarías, entre compañeros, amigos, vecinos o familiares. Llamadas que nunca se hicieron, recordatorios de fechas especiales que jamás se apuntaron en el calendario de la cocina, correos electrónicos que no fueron ni tecleados en su inicio, tareas de trabajo que se prometieron en vano,...

Pero hoy la sorpresa me bloqueaba, dejándome sin palabras: se decía de mí que me había negado -más o menos en rotundo- a hacer una tarea concreta en mi trabajo. Afirmación tajante, meridiana, pública. Quien lo decía se asentaba firme en su veredicto, proclamación rozando tal vez una verdad hasta entonces no revelada: yo, claramente, había dicho que no estaba dispuesta a pasar por el aro, a trabajar más de lo debido, a no cumplir con mi obligación, quizá. Claro que, todo ayudado por mi ausencia en la sala en la que se había manifestado tremenda aseveración.

Lo curioso es que hace meses que no hablo con esta persona. ¿Será que ya, por fin, tengo poderes telepáticos, y me comunico mentalmente, en sueños, con mis compañeros? ¿Podré ya alcanzar el colmo del virtualismo y realizar las ansiadas reuniones de Sociales con mis dos compañeros sin tener que hacer malabarismos con nuestros horarios, simplemente con conectar mi mente a la suya?

Ah, cómo me molesta la mentira.

Tranquilo, jefe, jefa, que mi parte del trabajo, por supuesto, una vez más como cada día en estos últimos diez años, la realizaré puntualmente. Como me decía una amiga mía hace un par de semanas, si quieres que algo salga bien, encárgaselo a una persona que tenga mucho trabajo...


lunes, 3 de mayo de 2010

No lucharemos contra las máquinas.

¿Quién se empeñó en hacernos creer que las máquinas entrarán en guerra con los seres humanos? ¿Por qué me intentan convencer de que será una lucha a muerte por el control del planeta?

No lo entiendo, porque hoy validé mi bono de viajes de bus y la máquina me respondió con un amable "Buen viaje". Eso sí, recordándome, de buenos modos, que aún tengo ocho viajes más...


domingo, 2 de mayo de 2010

Un día para las mamás.

No soy especialmente aficionada a estos días del padre, la madre o los enamorados; me parecen imposiciones comerciales contra las que me resisto: se quiere o se celebra a la familia, a los hijos o las relaciones felices de pareja cada día.

Me veo, sin embargo, débilmente obligada a conmemorar este día de recordatorio de las madres. Nadie me impuso el ser madre (por mucho que durante mi embarazo escuché comentarios fuera de lugar -desde mi punto de vista- sobre la bondad del embarazo y la realización suprema que supone para la mujer), pero a mi hija le han enseñado esta semana en el colegio que hoy es el día de las mamás, así que lo celebraremos con una comida especial.