miércoles, 28 de septiembre de 2011

Un alumno me ha regalado...


Gracias, Dr. Kratso, por acordarte de mí en tu viaje por tierras helenas.

(Dr. Kratso es un alumno mío del que prometo oiremos hablar con el tiempo en amplias salas científicas).

domingo, 25 de septiembre de 2011

¿Puede haber dos mamás?

Mamá- llama Niña Pequeña.

- ¿Hum? -contesto, levantando la vista de las sábanas de su cama. Hoy las cambiaré por las blancas del ratón Mickey.

- Mamá, mira, este es mi bebé -dice, mostrándome uno de sus muñecos, de esos llenos de accesorios que tanto le gustan a su abuela.- Yo soy su hermana porque es muy pequeño.

- Pero si es un bebé, tendrás que ser su mamá -le digo, recordando que mi vecina de enfrente, una antigua compañera de estudios, tuvo al suyo la semana pasada.

Niña Pequeña queda en silencio. Extiende su mano derecha.

- Pero mamá, ¡eso no puede ser! -me regaña. Busco la funda de la almohada que va a juego con las sábanas de Mickey mientras adivino que ya tiene preparada la respuesta.

- ¿Por qué? Si es un bebé, tienes que ser su mamá -le contesto; cuando yo tenía su edad no me gustaban los juegos de muñecas.

- Porque en una casa no puede haber dos mamás -responde, muy segura-. Como tú estás aquí, yo no puedo ser una mamá.

Dejo de rebuscar en el cajón y la miro.

- ¿Y cuando estamos en casa de la abuela no hay dos mamás? Porque la abuela es mi mamá.

- No, mamá. La abuela es una abuela, no una mamá. Que no te enteras -dice, mientras pone la muñeca en un carrito y se marcha al salón a pasearla.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Yo también estoy con los recortes.

Él me comentó hace dos días que había oído que iba a haber piquetes en estos dos días de jornada de huelga convocada por los sindicatos -a buenas horas, mangas verdes- para los profesores de Secundaria de la enseñanza pública. Temía que pudiera haber lío en las puertas de mi instituto, un centro concertado religioso de la perifera de Madrid, pues ya se sabe: todos demócratas y con la palabra libertad a dos carrillos, pero yo a defender mi chiringuito y estropear el de los demás...

No ha habido problemas, informo, aunque me llega la noticia de grupos de adolescentes vagando alrededor de la puerta de mi trabajo: pobres alumnos sin recursos del instituto público de dos calles más abajo, sin futuro ni esperanza ante la falta de recursos económicos y personales de su centro, preocupados por su falta de clases en estos dos días, lamentando la ausencia de sus profesores, la programación descompensada, la semana casi perdida, sus ansias de saber y conocimiento hundidas, el trauma juvenil a las puertas...

Al hilo de esto, comparto con vosotros una estupendísima entrada de Juan Antonio González, del blog Ah de la vida, en el que está de acuerdo con los recortes en educación. No puedo estar más que de acuerdo con él. No os perdáis lo que ha escrito, pinchando aquí.

lunes, 19 de septiembre de 2011

viernes, 16 de septiembre de 2011

En los inicios del curso...

Un alumno nuevo del cual apenas sé el nombre, aspecto y ubicación en su clase, levanta la mano -una mano grande, desproporcionada, en lo desgarbado de la adolescencia:

- Profe, y los deberes que mandas, ¿hay que hacerlos?

Pues empezamos bien...

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Comienzo de curso, tiempo de protestas.

Escuchaba en el telediario, y posteriormente leía en el periódico que hoy comenzaba también el curso del Bachillerato de Excelencia de la Comunidad de Madrid. Y me hervía la sangre al leer la noticia de que esto había sido motivo de concentración y protesta por parte de algunos profesores, de esos indignados de camiseta verde... Recordaba, además, lal conversación que mantenía hace unos días con una profesora de la escuela pública:

- Compañera, Negre, hola -me saludaba-. Iniciamos las protestas dentro de poco...
- Pues la huelga, para vosotros -le respondía-. Sois unos insolidarios.
- Mujer, que claro, como a vosotros no os afecta nada del recorte presupuestario...
- Claro, porque nos pasó el curso pasado, junto con la bajada de sueldo, mayor que la vuestra, y el despido de cientos de profesores de la escuela concertada -le respondía yo, notando cómo se me iba hinchando la vena...
- Es que no nos apoyáis -protestaba ella.
- Yo, desde luego, no. Estáis politizando la situación.

Yo ya expliqué aquí mi postura sobre este Bachillerato de Excelencia que arrancaba hoy. Como decía hoy el director del instituto donde se va a llevar a cabo esta experiencia piloto, estos 103 alumnos necesitan un entorno donde estar motivados. Más claro, agua: desde mi experiencia, más o menos larga, los alumnos con brillantes expedientes académicos acaban cansados, hartos, desmotivados, sí, de tener que aguantar las impertinencias de los que están ahí calentando silla, las faltas de respeto, la poca gana por el estudio, el todo vale. No quiero decir que todos los alumnos con notas medias sean así, pero cuando en una clase se junta un grupo que no tiene interés por el esfuerzo, el trabajo, el respeto y la curiosidad por aprender (con la base, además, de una deficiencia clara en comprensión lectora y escrita), el pequeño grupo que sí quiere aprender se acaba aburriendo. Y, lo que es peor, las familias protestando porque sus hijos tienen que ver cómo el nivel educativo baja, así como no la violencia escolar, y no pueden dar lo mejor de sus capacidades.

Los profesores que esta mañana pedían una educación pública de calidad parece ser, según el periódico, que son los mismos que protestan, junto con la profesora a la que hacía referencia más arriba, por una mejora de la calidad educativa, más profesores, supongo que más medios... Por supuesto que los recortes presupuestarios deberían hacerse en otros campos, y no en la educación y la sanidad, dos servicios públicos esenciales para el común de los mortales, pero yo me pregunto dónde estaban estas concentraciones y protestas cuando las pruebas de diagnóstico de la Comunidad de Madrid y las de nivel nacional demostraron el curso pasado que los alumnos españoles presentan serias deficiencias, en general, en las instrumentales (Lengua y Matemáticas).

O por qué no protestaron cuando a la escuela concertada se le aplicó el recorte presupuestario.

O dónde estaban cuando se ha hecho cada vez más evidente el deterioro del esfuerzo, la responsabilidad y el saber estar en sociedad en nuestras aulas -concertadas y públicas.

O por qué no se hace una convocatoria de huelga y manifiestación seria, donde no se usen con fines políticos a los alumnos -menores de edad la mayoría-, en favor de un cambio legislativo a nivel nacional, buscando el consenso político (basta ya de cambios educativos cada vez que hay un nuevo partido político en el poder), reforzando la autoridad del profesor, acotando el intrusismo de las familias, favoreciendo el diálogo entre profesores, padres y alumnos, impidiendo el paso de curso con once suspensas, premiando el esfuerzo, atendiendo de forma real a las capacidades de todos los alumnos -no sólo de los que tienen niveles más bajos-, creando un grupo de asignaturas básicas de letras y ciencias común a todos los alumnos. Por ejemplo.

O, tal vez, como le contestaba a la profesora aquella:

- ¿No será que protestas porque, en vez de tener este curso 12 alumnos en tu clase de Lengua, vas a tener 25, y deberás realizar tú solita apoyos, refuerzos y desdobles? Igual es que la protesta va por ahí...

O es que, tal vez, hay elecciones generales dentro de dos meses... Qué casualidad.

martes, 13 de septiembre de 2011

Porque estaba perdido y...

Lo perdí hace meses; o más bien, se fue solito, me abandonó, lo dejó todo para caerse por el precipicio de la cómoda de mi cuarto. Yo ya imaginaba que no le gustaban las alturas, pues siempre que podía se escondía entre las fotos o salía rodando, girando sobre sí mismo. Hasta que un día no llegué a tiempo y se cayó y no volví a verlo. Quedó conmigo, eso sí, su pareja y mi duda de si este había sido un regalo de mi madre o no; lo guardé por si acaso, por si alguna vez lo recuperaba o alguien lograba una copia de su perfección pulida.

Ayer lo encontré, o me encontró, o salió de su escondite, más bien. No estoy segura ni juraría haberlo buscado. Quizá fue por eso, que recobró su confianza, y decidió aparecer debajo de mi cama, tímidamente. La alegría fue inmensa y así se lo hice saber, guardándolo con cuidado -no fuera que se volviera a marchar- junto a su gemelo.

No soy especialmente presumida, pero esta mañana decidí ponérmelo: un par de pendientes con una perla pequeña -indudablemente falsa, pero me gusta igual.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Relax vacacional...

Tomo prestado del blog Si me lo cuentan, no me lo creo la imagen de mi vuelta vacacional, a tres días de poner cara a mis nuevos alumnos y recordar a los no tan nuevos...


sábado, 10 de septiembre de 2011

Nuevo cuaderno de notas.

Ayer llegó al colegio el pedido de las agendas de aula y cuadernos de notas. Este año he decidido cambiar un poco el formato de mis registros de notas, clases, grupos, tutoría y demás -ya sabéis, estos trabajos invisibles que hacen los profesores dentro y fuera de sus horas lectivas. Y también he cambiado el tradicional color naranja de la portada por uno azul más luminoso.

Y qué bueno es oler mi cuaderno de aula nuevo, a limpio, suave al tacto...

jueves, 8 de septiembre de 2011

El cuento de la lechera.

Hace un tiempo decía por aquí que trazaría en grueso algunas cosas de mi vida. Hoy mismo, a esta hora y en este preciso momento, no sé si haría esto, o más bien taparía el rotulador, lo metería en el primer cajón de mi inexistente mesa de trabajo (porque hago todo en la del salón), me echaría a un lado y giraría la silla para mirar por la ventana.

Tal vez son estos últimos días de septiembre y el coletazo final al verano que va agonizando. O que hoy llené una hoja de tareas por hacer que se acumulan ya a las inconclusas de la semana pasada. Puede, además, que tenga que ver la noticia que escuchaba mientras preparaba la comida de hoy -ligera ensalada con un pequeño filete- sobre los comienzos de movilizaciones de mi compañeros de la enseñanza pública.

Él me dice muchas veces que esta vida elegida no es ni mejor ni peor que la que dejé atrás -o ni siquiera conocí-, sino que es diferente. Es otra que ni planeé ni soñé.

Tal vez, si volviera hacia atrás, hoy sabría a ciencia cierta que no hubiera dedicado once inútiles años a tocar el piano con más o menos gracia ni a saber leer un pentagrama en cuatro claves distintas. Puede que, por fin, mi padre se hubiera convencido de que mi tiempo habría estado mejor empleado -mejor persona, mayor felicidad- en ir a clase de dibujo y pintura -como yo siempre pedía, año tras año, ante la puerta de la secretaría del Conservatorio.

Sin duda, además, volviendo hacia atrás, optaría por aprender de una vez, decentemente, idiomas -o, al menos, a saber hablar fluidamente en inglés, pardiez. No tengo muy claro si, además, hubiera dedicado dos años de mi vida a estudiar Arqueología -en vez de invertirlos en Historia Antigua y Medieval-, pero estoy convencida de que, de ser así, habría intentado luchar por mi sueño -durante un tiempo, al menos. Y entonces, seguramente, no le habría conocido a Él, y sería Otro, quizá, o tal vez Nadie, no lo sé.

Y no estaría dedicada a la enseñanza, sino en la puertas de un Museo, o de Patrimonio, o en el Archivo. Ignoro entonces si sería yo misma o un remedo de mí, o puede que otra persona diferente parecida a quien soy.

No me hagáis mucho caso hoy. Es que tengo la libreta azul llena de tareas que no me apetece nada hacer...

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Si Sociales es estudiar...

Queridos padres, queridas madres, familias todas de mis alumnos:

El que vuestro hijo o hija haya suspendido alguna asignatura en septiembre no es sinónimo de que el suspenso sea para vosotros.

¿O es que pensáis que habéis suspendido como padres?

Atentamente:

martes, 6 de septiembre de 2011

Profesor- ventanilla.

Claustro de profesores. Un día cualquiera del comienzo del nuevo curso. Los exámenes de septiembre han terminado -pulcros, inmaculados. Comienza la Junta de Evaluación con la curiosidad inicial de qué habrá pasado con algunos de los alumnos, tras el paréntesis del verano. Un tutor comenta, uno a uno, los resultados de las pruebas de su tutoría.

- Fulanito, con seis suspensas. Repite, no hay discusión: es la ley. Menganito, tres suspensas...
- Ya tenemos el lío -se comenta desde la esquina.
- Y tal como son los padres... -apunta otro.
- A esos los tenemos aquí la semana que viene amenazando... -confirma mis pesares mi compañero de al lado.
- Bueno, a ver qué le ha quedado, por si se puede hacer algo. Negre, la tuya, a ver -me pregunta el tutor.
- Nada que hacer -respondo cansinamente; quisiera saber por qué se da por hecho que mi asignatura, Sociales, tiene que ser siempre tratada como de inferior categoría frente a Matemáticas, por ejemplo.
- Venga, no te pongas así, que por no oir a la madre... -sugiere alguien enfrente de mí.
- Claro, pero como no se ha presentado, pues no hay nada que hacer -informo.

El tutor pregunta a los otros profesores malévolos que han suspendido -el alumno jamás suspende: participa- al retoño de los padres amenazadores. Como se constata que no se ha presentado, no hay nada que hacer.

- Pues nada, repite, claro -dice por último el tutor.

Por abrumadora mayoría gana el voto en blanco en la convocatoria extraordinaria. Gran parte de mis alumnos suspensos no ha aparecido por el examen o sólo ha puesto su nombre (algunos, ni se dignaron a coger las preguntas, no sea que el folio quemase...). Hoy recogían sus notas, pardiez, sin rechinar de dientes ni problemas. Mañana será el momento de ser profesora-ventanilla:

- Sí, sí, comprendo que tu hijo ha estudiado mucho este verano, pero comprenderás que con el examen en blanco no puedo hacer nada...
- Lamento mucho que tu hija no haya respondido a ninguna pregunta, pero sí, le dimos las notas en junio, sí.
- No sabes cuánto siento que tu hijo tenga mi asignatura suspensa. Claro, claro, si ya sé que es de estudiar, sí, pero, claro, es que no ha entregado el trabajo de verano y ha dejado las preguntas sin responder.
- No, no tengo ningún problema en que ponga una reclamación por escrito para ver si esta nota de 2 se puede convertir en un 5. Pida el papel en recepción.
- Sí, claro, entiendo que tu hija dice que mis compañeros de asignatura le tenemos manía, junto con el resto del profesorado, pero es que para aprobar hay que trabajar.
- Siguiente, ¿dígame?


viernes, 2 de septiembre de 2011

Enseñanza pública vs. concertada.

El inicio del curso llega cargado no sólo de exámenes en blanco por corregir en toda su pulcritud, sino de la impactante noticia que mi gremio, el de los profesores de Secundaria, se quiere lanzar a la huelga el mismísimo día 14 de este mes. La noticia, además, se remata diciendo desde los medios de comunicación que no sólo se reduce presupuesto para la (des)Educación, sino que miles de interinos regresarán a las oscuras cuevas de la lista en espera de destino y que mis compañeros de la educación pública deberán trabajar dos horas lectivas más, aumentando la presión escolar de 18 a 20 horas ante el alumnado más o menos vil.

Hace varios días, puede que incluso semanas, un amigo me lanzaba en el Facebook la invitación a firmar un documento virtual en apoyo a estos profesores de la cosa pública, en afán de lucha sin par. Se da la circunstancia de que mi trabajo se desarrolla dentro de la concertada. Y no sólo no he firmado este panfleto en la red, sino que además estoy totalmente en desacuerdo con esta propuesta. Vaya por delante que soy hija de profesor -de la pública- y mi cariño hacia los amigos -virtuales o no- que trabajan en este tipo de colegios e institutos.

Pero no, no les brindo mi apoyo. Los titulares que estos días inundan mi periódico y telediario habitual son demagógicos. Queridos compañeros, dejad claro que no os queréis lanzar a la huelga salvaje porque os aumenten dos horas lectivas, sino porque, acuciados y achuchados por unos sindicatos que han estado silentes y ausentes durante los últimos siete años de crisis y corrupción política y de pronto -¿es que se avecinan, tal vez, oh dioses, elecciones generales este invierno?- han caído en la cuenta de que los recortes presupuestarios igual no están bien.

Queridos compañeros, no os apoyo porque lo que necesitamos es una reforma seria e integral de nuestro sistema educativo, favoreciendo de una vez por todas la autoridad del profesor, la importancia del esfuerzo, la necesidad de trabajo y reconocimiento del alumno que se pringa por su estudio.

Queridos compañeros, no os apoyo porque cuando el curso pasado los recortes presupuestarios afectaron a la escuela concertada, eliminando con orden legal de fechas de julio y agosto nuestros apoyos, grupos de refuerzo, desdobles, compensatorias y aulas de enlace, ninguno de vosotros, repito: ninguno de vosotros, se lanzó a la calle, recogió firmas en nuestro apoyo, pidió la colaboración y el reconocimiento para nuestra labor. Por cierto, además, que muchos de vosotros tenéis, curiosamente, a vuestros hijos e hijas en nuestros colegios concertados... Ninguno de vosotros habló de los cientos de profesores que fueron despedidos de las escuelas e institutos concertados... Curioso.

Queridos compañeros, no os apoyo porque no os pasa nada por estar dos horas lectivas más en el aula. Porque vosotros, que tenéis nuestra misma titulación y hacéis nuestro mismo trabajo -educar, enseñar-, tenéis un sueldo un 20% superior al nuestro y más medios, así como el reconocimiento monetario de sexenios, no estáis obligados a formación permanente y contínua, no tenéis la presión administrativa que tenemos nosotros ni la vigilancia meticulosa de la Inspección. Nosotros trabajamos 25 horas lectivas a la semana y cinco horas más añadidas hasta las 30 obligatorias legalmente. Cobramos menos y trabajamos un mes en verano.

Queridos compañeros de la enseñanza pública: no contéis conmigo. No tuve vuestro apoyo hace un año. No somos iguales a vuestros ojos. Lo que estáis haciendo, además, nos perjudica a todos, porque nos meten en el mismo saco. Sois unos insolidarios.