martes, 25 de mayo de 2010

La raza de los manipuladores.

Ya dije una vez que existe una clara raza llamada de los líderes. Y con frecuencia también he comentado que me molestan las mentiras -tal vez porque yo suelo tener la conciencia tranquila... Pero estoy descubriendo que hay otra raza, otra clase, otras personas que forman parte de un selecto grupo de manipuladores.

Estos están agazapados a tu lado. El manipulador te rodeará poco a poco, observará tus movimientos y a la gente con la que hablas o te relacionas con más frecuencia; establecerá un tiempo de control del terreno, conocerá tus costumbres y un día se aproximará a tí. No será ni demasiado pronto ni demasiado tarde: en el momento preciso, seguramente cuando te encuentre más cansado, más débil o potencialmente distraído. Como sabrá de tus puntos débiles por su larga observación, conducirá la conversación, aparentemente sencilla o banal, a su espacio. El manipulador te abrazará silenciosamente, oculto en una capa de amistad eterna, fiel y duradera. Si te pilla desprevenido caerás en la red poco a poco, sin darte apenas cuenta, incluso diciéndote por dentro que cómo no te habías dado cuenta hasta entonces de esta persona imprescindible en tu vida. Tomará el control de tus acciones, dependerás de él en la toma de una decisión o, si tiene un gran poder y mejor labia, se asegurará de cerrarte tu círculo social.

Por eso hace tiempo que he puesto contraseñas en mi vida. Para que no me roben el corazón ni el alma, para no permitir que rompan mi fidelidad. Hace poco me quité una venda de los ojos y casi creo sólo en el sálvese quién pueda... Y me queda un agrio sabor de venganza, porque aunque un manipulador lo intente, no logra ser ni sibilino: al menos a las sibilas les hablaban los dioses...


2 comentarios:

  1. Yo siempre me doy cuenta tarde. Cuando descubro al manipulador, ya he sido manipulado. Tendré que quitarme esa venda a la que haces referencia. Ya va siendo hora de apartar la ingenuidad.

    Saludos.

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  2. Perikiyo,
    la venda aprieta tanto los ojos que nos la quitamos cuando nos duele... Ánimo.

    Un abrazo.

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