El miércoles llamó desde Barcelona mi tía Magda. Nos daba la sorpresa (hacía tres años que no nos veíamos): se acercaba a Madrid este fin de semana. Estupendo. Tía Magda siempre ha sido una persona especialmente querida para la familia, para todos: primos, tíos, sobrinos y hasta sobrinos nietos -y es que mi tía tiene una edad... estupenda para hacer y deshacer, cuidarse y nunca descuidarse... Algunos de mis primos y yo decimos con certeza absoluta que ella es el eje de muchas de las cosas de nuestra familia, la puerta siempre abierta para todos, el detalle absoluto y nimio al alcance de tu mano.
También es así la tía Maríadolores. Será cosa de familia.
Y recordaba yo estos dos días las dos fotos que tengo de ella en mi casa: una con mis abuelos bien jóvenes, ella de niña montada en bicicleta, su hermano al lado en triciclo; ella con limpio vestido blanco más reluciente porque la foto es en blanco y negro, su hermano de traje gris impecable del niño que era entonces.
La otra foto es moderna, vital, sonriente como es su costumbre, perfecta a cualquier hora, preparada en todo momento para bajar a comprar pasteles -porque mi tía es así: hospitalaria, detallista- o para recibir una visita imprevista. Es la foto hecha unos días antes de mi boda, cuando mi marido y yo fuimos a verla para invitarla al evento.
Pero sonaba también en mi cabeza los relatos que me cuenta mi padre de sus visitas hace muchos años a mi ciudad, unas veces sola, otras con mi prima mayor en brazos. Y es que el tren entonces echaba humo -eso de no fume en los trenes, los trenes ya no fuman-, no sé si en sillo granates o de madera, horas y horas para llegar hasta aquí. Dos horas y media esta tarde para regresar a su casa en Bonanova. La tecnología al servicio del hombre, la comodidad a la puerta de su casa.
Vamos, que no tengo ni una excusa más: el año que viene, Rut y yo tendremos que ir para allá. Ella debe jugar ahora con los hijos de mis primos...
¿Quieres conocer a mi familia? Pincha aquí.
También es así la tía Maríadolores. Será cosa de familia.
Y recordaba yo estos dos días las dos fotos que tengo de ella en mi casa: una con mis abuelos bien jóvenes, ella de niña montada en bicicleta, su hermano al lado en triciclo; ella con limpio vestido blanco más reluciente porque la foto es en blanco y negro, su hermano de traje gris impecable del niño que era entonces.
La otra foto es moderna, vital, sonriente como es su costumbre, perfecta a cualquier hora, preparada en todo momento para bajar a comprar pasteles -porque mi tía es así: hospitalaria, detallista- o para recibir una visita imprevista. Es la foto hecha unos días antes de mi boda, cuando mi marido y yo fuimos a verla para invitarla al evento.
Pero sonaba también en mi cabeza los relatos que me cuenta mi padre de sus visitas hace muchos años a mi ciudad, unas veces sola, otras con mi prima mayor en brazos. Y es que el tren entonces echaba humo -eso de no fume en los trenes, los trenes ya no fuman-, no sé si en sillo granates o de madera, horas y horas para llegar hasta aquí. Dos horas y media esta tarde para regresar a su casa en Bonanova. La tecnología al servicio del hombre, la comodidad a la puerta de su casa.
Vamos, que no tengo ni una excusa más: el año que viene, Rut y yo tendremos que ir para allá. Ella debe jugar ahora con los hijos de mis primos...
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Madame, yo tengo un primo que comparte su aficion por la genealogia y hace años que emprendió el estudio de su familia, que en buena medida es comun a la mia. Investigó, reunió documentos, cartas, fotos, recortes, hablo con los ancianos de los lugares, viajó y visitó personalmente registros, anotó las inscripciones de las lapidas en los cementerios... No sé si le quedaría algo por hacer, pero gracias a eso tengo un conocimiento muy bueno de la parte de mi familia materna, aunque no asi de la paterna. Me temo que eso tendre que investigarlo yo.
ResponderEliminarBuenas noches, madame
Bisous
Madame,
ResponderEliminarllevo mucho tiempo también con esta investigación, pero sólo como aficionada. Cada dato nuevo es un gran descubrimiento para mi. Tal vez mi legado histórico a mi hija.
Que descanse.