Siempre tengo la sensación de que el primer día de clase es como ver entrar elefantes en una cacharrería: gritos, resbalones en los pasillos recién pulidos, toquecitos en los cristales de las clases más cercanas, saludos a voces de "¡¡¡Hooolaaaaaaaa, profeeeee!!!" (tanto cariño me escama...).
Me da la impresión de que durante los minutos en los que pongo el horario de la clase en la pizarra, es desvelado un momento misterioso. Tal vez el único momento mágico de expectación e interés de todo el curso, todo concentrado en sesenta o setenta preciosos segundos... Lástima que no se pueda guardar en un bote para sacarlo en pequeñas dosis de vez en cuando, en esos momentos en los que la soledad del profesor se hace patente pizarra con pizarra, tecleando en el portátil o pasando la tiza -yo es que soy todavía muy clásica y voy tiza en mano- de una mano a otra -porque yo me paseo, oiga, cuando estoy en mi clase.
Me da la impresión de que durante los minutos en los que pongo el horario de la clase en la pizarra, es desvelado un momento misterioso. Tal vez el único momento mágico de expectación e interés de todo el curso, todo concentrado en sesenta o setenta preciosos segundos... Lástima que no se pueda guardar en un bote para sacarlo en pequeñas dosis de vez en cuando, en esos momentos en los que la soledad del profesor se hace patente pizarra con pizarra, tecleando en el portátil o pasando la tiza -yo es que soy todavía muy clásica y voy tiza en mano- de una mano a otra -porque yo me paseo, oiga, cuando estoy en mi clase.
Resulta paradójico, pero cierto. Según el diccionario, la soledad es la carencia de compañía. Ahí está la paradoja. Alguien puede sentir soledad, incluso rodeado de ruidosas y enérgicas criaturas.
ResponderEliminarSaludos.
El primer dia supongo que sera bonito, con la esperanza de que este año se porten bien.
ResponderEliminarRealmente es usted todo un clasico, madame, con eso de la tiza. Ya temia que hubiera desaparecido de las aulas.
Bisous
Perikiyo, este primer día tiene su "punto" de soledad del profesor. Es como saber por adelantado qué les espera a ellos... Los primeros días son, además, los de tomarse la medida, tantear hasta dónde se puede llegar y si son ciertas o no las normas.
ResponderEliminarGracias por la visita.
Madame,
han desaparecido las míticas tizas cuadradas, causantes de más de un mal de dedos en forma de grietas. Yo soy esencialmente fiel.
Que descanse.
Me gustaria estar en una de esas clases, aunque he de reconocer que suelo ser de dar poca guerra e irritarme cuando los demas no me dejan escuchar algo interesante en clase ( que algunos queremso atender que no tenemos mentes prodigiosas).
ResponderEliminarAnimo tia, que seguro que alguno/a si te escucha
Darkangel: a veces abandono la tiza, que a la gente joven hay que hablarle con el idioma de la tribu... Y cuando no me dejan hablar me irrito como el que más...
ResponderEliminarAys, sobrina, a veces pienso que las caras ensoñadoras que hay en mis clases no son porque estén pensando en el amor...
A veces lo peor del primer día es constatar que cada año los alumnos son más pequeños, o nosotros más viejos, que viene a ser más cierto. Aun así, me sigue gustando la expectación del primer día, sobre todo cuando das clases a alumnos que antes jamás has tenido. Y que no nos abandone nunca ese sentimiento.
ResponderEliminarEsa expectación es compartida. Poner cara a los nombres de la lista cuando no los conoces...
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