Suena el despertador con toda la potencia de la que es capaz -incómodo, inoportuno. Separo las brumas y aparece mi mente. Me giro hacia el otro lado -¿no decían que dormir de lado es querer regresar a la seguridad?- estirando brevemente la sábana, un vago protector ante el fresco que se asoma por la ventanuca del tejado. Allí está, al final de mi espalda, la punzada lumbar que me persigue desde hace años y sólo se adormece de vez en cuando; encojo las piernas, arqueo la espalda y recoloco con los muslos el pequeño cojín que me dijeron me ayudaría a conciliar el sueño. Entra una luz amarillenta rota apenas por los huecos de la persiana entornada. Me hago la dormida -como siempre desde hace cinco años- mientras él se despereza y se levanta -y es que nunca le costó obedecer al timbre del despertador. Niña Pequeña ronronea "Pa-páaa, pa-páaa" mientras él hace como que no se da cuenta, para luego quitarle el pijama y ponerle camiseta y pantaloneta. Les oigo trastear en la pequeña cocina: desayuno de leche, rosquillas, galletas, cereales. Ella se habrá echado una cucharada de cacao soluble, seguro. No me levanto. La luz amarillenta me adormece, estiro las piernas hasta que noto los músculos en tensión, los hombros hacia atrás, la punzada se aletarga. Me duermo.
Madame, usted dolores lumbares y yo cervicales, pero el caso es que esto de la espalda es un calvario. Qué bueno cuando vienen las vacaciones y una puede volver a conciliar el sueño por la mañana!
ResponderEliminarBuenas noches
Bisous
No me gusta dormitar. Siempre me levanto, como empujado por un resorte, a la misma hora, tenga que trabajar, o no. Siempre con los ojos abiertos, cinco minutos antes de que suene el despertador. Una vez me he despertado, ya no hay vuelta atrás.
ResponderEliminarA mi mujer le pasa lo mismo que a tí. Es capaz de girarse, volver a desconectar y seguir durmiendo.
A veces, la envidio.
Un abrazo.
Me he sentido un poco voyeur porque me has trasladado directamente a tu dormitorio. Una narración muy precisa :)
ResponderEliminarMadame,
ResponderEliminary lo mío, al menos, tiene poca solución. Espero que sus cervicales no le provoquen mareos o vértigos.
Feliz noche.
Perikiyo,
ResponderEliminarsólo me pasa esto en vacaciones... o algún fin de semana que me venza el cansancio. En invierno me pasa lo que a tí.
Por lo tanto, estos días... ¡tengo que aprovechar!
Un abrazo.
José R.,
ResponderEliminar¿y no te he dado envidia? ;-)
Un abrazo.