Ya en otra ocasión he hablado de con qué juegan los niños.
Y esta tarde me sorprendía mi hija. Porque su juego eran los cuentos. Se ha ido a su habitación y ha traido una maleta que le regaló mi padre hace tiempo con muchas historias de las de siempre; y después se ha puesto en la alfombra, rodeada de sus cosas, mientras pasaba las hojas y se describía con su medio habla, las imágenes -el zapatito de cristal que se perdió en la escalera...
Una de mis preocupaciones es cómo fomentar la lectura en los pequeños. No es algo que me quite el sueño en mi trabajo, lo admito, ya que sólo trabajo con adolescentes y los niños que aparecen por allí suelen ser, más bien, los de mis compañeros. Pero uno de los quebraderos de cabeza que tiene últimamente la Administración es hacer que el número de malos lectores -es decir, de las bajas calificaciones registradas en la asignatura de Lengua en las últimas recogidas de datos- descienda de alguna manera.
Lo que no sé es si la Administración se habrá dado cuenta de que quien es lector es también un pensador...
Con mucha razón me decía un amigo ayer en el autobús que el que no lee delante de sus hijos no logrará que sean amantes de los libros:
Pero, por favor: las esquinas de los libros no se doblan...
Y esta tarde me sorprendía mi hija. Porque su juego eran los cuentos. Se ha ido a su habitación y ha traido una maleta que le regaló mi padre hace tiempo con muchas historias de las de siempre; y después se ha puesto en la alfombra, rodeada de sus cosas, mientras pasaba las hojas y se describía con su medio habla, las imágenes -el zapatito de cristal que se perdió en la escalera...
Una de mis preocupaciones es cómo fomentar la lectura en los pequeños. No es algo que me quite el sueño en mi trabajo, lo admito, ya que sólo trabajo con adolescentes y los niños que aparecen por allí suelen ser, más bien, los de mis compañeros. Pero uno de los quebraderos de cabeza que tiene últimamente la Administración es hacer que el número de malos lectores -es decir, de las bajas calificaciones registradas en la asignatura de Lengua en las últimas recogidas de datos- descienda de alguna manera.
Lo que no sé es si la Administración se habrá dado cuenta de que quien es lector es también un pensador...
Con mucha razón me decía un amigo ayer en el autobús que el que no lee delante de sus hijos no logrará que sean amantes de los libros:
Pero, por favor: las esquinas de los libros no se doblan...
Como bien dices la lectura es una de los mejores hábitos a potenciar en la infancia/adolencencia, pero con las nuevas tecnología es uno de los caballos más dificiles de domar. Como tú bien sabes nosotros tenemos tres adolencentes y por el momento solamente una disfruta de leer. Aunque nosotros intentamos intentamos inculcarles lo que nos enseñaron que una persona sin información es un una persona sin opinión.
ResponderEliminarEl anunción de You Tube es verdad, pero difícil de conseguir realmente.
Un saludo,
Yo siempre he procurado que mis dos hijos me vean leer. Creo que, encendiendo la televisión sólo para ver algún programa concreto, (no tenerla siempre encendida sin más), y leyendo delante de ellos, se avanza mucho en el fomento de la lectura en los niños. Mi hijo mayor, con seis años, lee cada noche durante un ratito en su cama y le encanta hacerlo.
ResponderEliminarEl pequeño, con sólo tres recién cumplidos, está jugando exactamente de la misma manera que lo hace tu hija, mientras escribo este comentario.
Por cierto, a mí tampoco me gusta doblar las esquinas de las hojas. Es un maltrato que el libro no merece.
Saludos.
Anónimo,
ResponderEliminaraunque sólo una disfrute por ahora con la lectura, seguid en el empeño. Por supuesto, que oigan la necesidad y buen hacer de tener un libro cerca. Que alguien siempre les inculque el amor a la lectura; nunca se sabe lo que se siembra con insistencia...
Saludos.
Perikiyo,
ResponderEliminarveo que pensamos igual. Me alegra saber que mi hija va por un camino parecido y normal, como tu hijo pequeño, al usar los cuentos para jugar.
Hoy le volví a comprar otro cuento...
Saludos.