Hoy volvió la salamandra. Pero tal vez porque ya no era novedad o porque nadie se percató, no se convirtió en heroína de este día lluvioso. Así que allí la he visto toda la mañana, ondulante y sinuosa, casi escondida en el rincón de la escalera, blanda, esponjosa, medio gelatina y muñeca en un día que, más bien, ha invitado a cerrar a cal y canto y buscar una docena de esas castañas que tanto me recuerdan a mi amigo Damián -al que perdí la pista de sus pensamientos hace cinco años...
Damián fue un buen amigo mío, tal vez de esos amores -platónicos, nunca se sabe- que por indecisos y cobardes nunca se materializan, pero se respiran y la gente siente. Era poeta, hacía locuras o, al menos, cosas que no entran en la cabeza de un cuerdo cuadriculado, como hacerte sorpresas o escribirte con sello y todo a dos colores. Damián fue mi apoyo durante tiempo y regalo inesperado muchas de las veces, siempre presente cuando se le necesitó; quiero pensar que regalo mutuo ambos cuando buscábamos un refugio de no sé muy bien qué. Desapareció, se diluyó como sus pensamientos y sus reflexiones, como buen piscis que es. Y no sé dónde está, aunque lo he buscado con ahínco porque todavía guardo en un cajón de mi mesilla el regalo que le traje de El Cairo...
Y en realidad quería yo escribir de esas madres de alumnos que nunca salen a relucir porque son discretas y cuasiinvisibles, que estuvieron en el colegio ayer por la mañana montando su taller de manualidades, saliendo de casa, pues, dispuestas a encontrarse y a regalar -y regalarnos- un poco de su tiempo... Pero como son discretas, eso: hasta al final de mi reflexión no salen. Y no por eso desmerecen, que es mucho más lo que enseñan con lo que hacen y son que con lo que dicen...
Damián fue un buen amigo mío, tal vez de esos amores -platónicos, nunca se sabe- que por indecisos y cobardes nunca se materializan, pero se respiran y la gente siente. Era poeta, hacía locuras o, al menos, cosas que no entran en la cabeza de un cuerdo cuadriculado, como hacerte sorpresas o escribirte con sello y todo a dos colores. Damián fue mi apoyo durante tiempo y regalo inesperado muchas de las veces, siempre presente cuando se le necesitó; quiero pensar que regalo mutuo ambos cuando buscábamos un refugio de no sé muy bien qué. Desapareció, se diluyó como sus pensamientos y sus reflexiones, como buen piscis que es. Y no sé dónde está, aunque lo he buscado con ahínco porque todavía guardo en un cajón de mi mesilla el regalo que le traje de El Cairo...
Y en realidad quería yo escribir de esas madres de alumnos que nunca salen a relucir porque son discretas y cuasiinvisibles, que estuvieron en el colegio ayer por la mañana montando su taller de manualidades, saliendo de casa, pues, dispuestas a encontrarse y a regalar -y regalarnos- un poco de su tiempo... Pero como son discretas, eso: hasta al final de mi reflexión no salen. Y no por eso desmerecen, que es mucho más lo que enseñan con lo que hacen y son que con lo que dicen...
Acordarte de nosotras es alagador,un grupo de madres en el cole a esas horas de clase o es discreto y cuasiinvisible o nos mandan a casa.Es difícil repartir el tiempo de nuestras vidas,pero por una buena causa siempre hay un huequin.
ResponderEliminarHoy en día, dar un poco de tiempo, supone mucho más esfuerzo que dar dinero. Por tanto, la labor de esas madres, me parece muy digna de mención. Se puede conseguir más con un poco de presencia e implicación, que pagando clases particulares.
ResponderEliminarPor cierto, espero que Rut esté ya del todo bien.
Saludos.
Chamana,
ResponderEliminarno es halago, es realidad. He estado mucho tiempo en cosas sociales y sé las horas que hay detrás y lo importante que es ese trabajo invisible. Sin vosotras muchas cosas importantes no serían posibles.
Saludos.
Perikiyo,
ResponderEliminartotalmente de acuerdo; y esas madres, además, no ven las caras de sus hijos con la sonrisa puesta cuando se nombra a sus madres "escondidas".
Gracias por preguntar por Rut. Está algo mejor, pero me deja poco tiempo, por eso no puedo hacer todas las visitas bloggueras que quisiera estos días... Prometo ponerme al día.
Un saludo.