El trabajo del docente tiene a veces grandes alegrías y sorpresas, como esta
Esta tarde me alegraba al ver que la convocatoria para exalumnos que habíamos hecho en el colegio tenía sus frutos. Lo cierto es que no esperaba mucha afluencia, y me he llevado la sorpresa de encontrarme con algo más de una veintena en la puerta, esperando a que llegara para abrir; previamente, además, me llamaban algunos para excusar su ausencia, pero también solicitando información de lo que se hiciera en el encuentro.
Es la primera vez que hacemos esto en mi centro, y es una alegría poder ver las caras de los que fueron tus alumnos -claro, estos que vienen, algunos hasta seis años después de abandonar el centro para seguir sus estudios de Bachillerato en otro sitio, lo hacen motivados o con curiosidad... Pero mayor mi sorpresa cuando aceptaban de buen grado la propuesta que les lanzábamos mi amiga Silvia y yo: juntarnos de nuevo para llevar a cabo un encuentro de exalumnos y realizar algunas actividades de voluntariado en diversas ONG's y en el mismo Colegio.
La veintena venía más o menos engañada, porque no tenía yo todas conmigo de que lo social tirara todavía entre ellos. Por eso me he llevado la sorpresa del día cuando un puñadillo de ellos me decía que estaban perdidos, que querían hacer cosas sociales, que estaban motivados, pero no sabían por dónde empezar... Y me decía yo al volver a mi casa, después de acordar otra convocatoria en breve, que esto es también educar; o, visto el tema de la Secundaria, educar tal vez de verdad, crear buenas personas, honrados ciudadanos...
Motivador y agradecido. Buena andadura para el proyecto. Para todos.
Esta tarde me alegraba al ver que la convocatoria para exalumnos que habíamos hecho en el colegio tenía sus frutos. Lo cierto es que no esperaba mucha afluencia, y me he llevado la sorpresa de encontrarme con algo más de una veintena en la puerta, esperando a que llegara para abrir; previamente, además, me llamaban algunos para excusar su ausencia, pero también solicitando información de lo que se hiciera en el encuentro.
Es la primera vez que hacemos esto en mi centro, y es una alegría poder ver las caras de los que fueron tus alumnos -claro, estos que vienen, algunos hasta seis años después de abandonar el centro para seguir sus estudios de Bachillerato en otro sitio, lo hacen motivados o con curiosidad... Pero mayor mi sorpresa cuando aceptaban de buen grado la propuesta que les lanzábamos mi amiga Silvia y yo: juntarnos de nuevo para llevar a cabo un encuentro de exalumnos y realizar algunas actividades de voluntariado en diversas ONG's y en el mismo Colegio.
La veintena venía más o menos engañada, porque no tenía yo todas conmigo de que lo social tirara todavía entre ellos. Por eso me he llevado la sorpresa del día cuando un puñadillo de ellos me decía que estaban perdidos, que querían hacer cosas sociales, que estaban motivados, pero no sabían por dónde empezar... Y me decía yo al volver a mi casa, después de acordar otra convocatoria en breve, que esto es también educar; o, visto el tema de la Secundaria, educar tal vez de verdad, crear buenas personas, honrados ciudadanos...
Motivador y agradecido. Buena andadura para el proyecto. Para todos.
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