Uno de los momentos entrañables del día es cuando me voy con mi hija de diez años a leer algún relato acostados los dos en la cama. Estos minutos sirven para disfrutar de algunas historias pero también para entablar conversaciones con cualquier tipo de tema que se le ocurra. A veces queda desconcertada como por ejemplo cuando hablamos de la homosexualidad de Lorca o se suscita la curiosidad acerca de cualquier tema. La tragedia de Haití la ha golpeado con fuerza y todos los día hablábamos con las crónicas de la prensa. Sin duda es una ocasión de hablar de valor inestimable. Una anécdota deliciosa, Negrevernis. Un cordial saludo.
Uno de los momentos entrañables del día es cuando me voy con mi hija de diez años a leer algún relato acostados los dos en la cama. Estos minutos sirven para disfrutar de algunas historias pero también para entablar conversaciones con cualquier tipo de tema que se le ocurra. A veces queda desconcertada como por ejemplo cuando hablamos de la homosexualidad de Lorca o se suscita la curiosidad acerca de cualquier tema. La tragedia de Haití la ha golpeado con fuerza y todos los día hablábamos con las crónicas de la prensa. Sin duda es una ocasión de hablar de valor inestimable. Una anécdota deliciosa, Negrevernis. Un cordial saludo.
ResponderEliminarGracias, Joselu.
ResponderEliminarOjalá se conviertan nuestros hijos en buenos lectores.
Un abrazo.