sábado, 3 de octubre de 2009

La Ley de Autoridad.

Hoy leía en un periódico uno de los temas que más está dando que hablar: la autoridad del profesor. A cuenta de esto se planteaba de nuevo a debate de la plebe si era necesaria, en opinión del sesudo lector, la Ley de Autoridad para reforzar la figura del maestro, equiparable después a golpe de decretazo, a cualquier autoridad pública. Y posteriormente se planteaban los pros y los contras.

Resulta que yo no tengo muy clara la necesidad de esta Ley. No es que esté negando la realidad de las aulas, la violencia juvenil, el afán de sin normas que tienen nuestros adolescentes, etc. Es que me pregunto si no se estará confundiendo autoridad con autoritarismo; y el respeto en las clases, el silencio, la confianza en el profesor -o, al menos en el sistema educativo que sufrimos ahora- o que se digan las cosas por su nombre -es decir, que el problema es que tenemos aparcados a muchos de nuestros jóvenes, impidiéndoles su entrada en el mundo laboral ya que porque sí tienen que estar gastando pupitre...-, todo esto, digo, no se soluciona con una ley.

¿Por qué nadie se atreve a decir bien clarito que lo que hay que hacer es afirmar que los padres y los profesores tienen su función concreta en la educación de nuestros jóvenes? Los padres, los primeros en ser educadores. Los profesores, los primeros en ser docentes. Luego, de forma secundaria, se pueden intercambiar de vez en cuando la función, pero sin delegar. Y cuando la plebe esta a la que le piden opinión y debate tenga firmemente arraigado en la cabeza esto, entonces podremos hablar de lo de la autoridad.

Porque, entiendo yo, lo de la autoridad en las aulas se logra desde el respeto mutuo, no desde la coerción, el chantaje, la multa o la violencia. Y el que no respeta en su casa, no respeta fuera, como me dijo por teléfono el familiar de un alumno hace unas semanas.

respeto.

(Del lat. respectus, atención, consideración).

1. m. Veneración, acatamiento que se hace a alguien.

2. m. Miramiento, consideración, deferencia.

3. m. Cosa que se tiene de prevención o repuesto. Coche de respeto.

4. m. miedo (recelo).

5. m. ant. respecto.

6. m. germ. espada (arma blanca).

7. m. germ. Persona que tiene relaciones amorosas con otra.

8. m. pl. Manifestaciones de acatamiento que se hacen por cortesía.



8 comentarios:

  1. Y por qué será tan difícil que los responsables políticos vean las cosas con, simplemente, un poco de sentido común.
    Todo lo que has escrito en tu entrada es simplemente eso: aplicación de un poco de sentido común y de cordura.
    El otro día escuche a una política decir que quería reimplantar el uso de la tarima, para que los docentes volvieran a estar situados en una posición más alta que sus alumnos. ¿De verdad pensarán los políticos que con una tarima y una ley nacerá el respeto entre alumnos y profesores?
    A veces los políticos parecen El Principito. Viven en su planeta particular.

    Saludos.

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  2. Cierto, lo de la tarima también lo escuché yo; prefiero pensar que con esa idea se han dado cuanta de que algunos no llegamos bien a la pizarra, jejeje.
    Y mientras tanto, seguimos esperando ese sentido común y un pacto de educación. ¿Cuándo nos preguntarán a los profesores?
    Gracias. Saludos.

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  3. Asi es, madame: el problema comienza en casa. Los padres parecen haber olvidado que a ellos corresponde inculcar a sus hijos una serie de valores, tales como el respeto, y que deben asistir a clase con ellos aprendidos. Al profesor le corresponde otra labor, que no puede desempeñar correctamente si los padres no cumplen con su parte.

    Buenas noches

    Bisous

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  4. Madame,
    su opinión sería totalmente revolucionaria en algunos foros :-)

    Que descanse.

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  5. Suscribo absolutamente todo lo que dices. Un saludo.

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  6. Gracias, Irene. Es muy importante que vayamos creando conciencia. Un saludo.

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  7. Bien, de acuerdo, no se debería solucionar un problema como éste a base de leyes. ¿No será que se ha conseguido confundir, y no sólo a los jovenes, en cuanto a lo que es libertad con libertinaje?. ¿No se ha hecho a base de leyes o haciendo un uso retorcido de las mismas?. En ese caso, ¿es posible que no tengamos otra opción que coger el toro por los cuernos con una ley que no nos guste, pero que nos sirva para poner freno a una situación que se nos va de las manos?. Tengamos en cuenta que en nuestro Centro van niños bastante normalitos, pero no es la realidad de todos los Centros. Tampoco podemos negar que lo que muestran los medios no es la generalidad, pero ahí está, bien claro: una clara pérdida de valores. Ahora necesitamos llamarlo educación para la ciudadanía lo que antes era pura y simplemente educación, civismo con valores muy más claros y sencillo que lo que ahora se pretende imponer. En fin, sigan la discusión...

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  8. Alej,
    de acuerdo contigo en que el civismo ahora se llama "clase de...". Yo no estoy de acuerdo con la esencia de que se pretenda arreglar el respeto, el esfuerzo y la responsabilidad a golpe de ley. Pero que se redacta la ley, pues hagamos uso de ella, claro.
    Y en nuestro Centro va gente normal, afortunadamente, pero también hemos conocido algún caso fuera de esa normalidad.
    Gracias y un saludo!

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