jueves, 27 de agosto de 2009

Mi trabajo no gusta a mis vecinos

Hoy voy a reivindicar mi derecho a que me dejen en paz con mi trabajo. En realidad iba a hablar de mi amigo Óscar, que vive en Honduras desde hace nueve años y vive de forma intensa estos días el golpe de Estado que sufren allí (y del cual nosotros no sabemos ni pío).
Pero estaba preparando unas cositas para mis alumnos cuando me han venido a la cabeza los últimos comentarios que han hecho mis vecinos sobre mi trabajo.
No es que me importe especialmente que se critique más o menos lo que yo hago. A fin de cuentas, con frecuencia me parece que es deporte nacional observar qué hace el vecino. Pero, oiga, ¡un respeto! ¿O es que los profes no merecemos el mismo respeto que todos los demás?

¡Ah, esa es la gran pregunta! ¿Por qué yo tengo que ir dando explicaciones en el patio de vecinos sobre lo que hago o a quién rindo cuentas? Y luego encima te miran mal. Eso sí, es curioso: tooooodos son súper padres y madres preocupadísimos por el rendimiento escolar de sus hijos, tooooodos están súper pendientes de lo que hacen sus retoños en el colegio o el instituto, y por supuesto, tooooodos están súper por la labor de coordinarse con el profesorado de sus hijos para conseguir los mejores resultados.

Ya.

Hay excepciones, claro, pero ahora hablo de mis vecinos.

En el instituto, una vez, una madre me dijo que los profesores no deberíamos tener derecho a la huelga.
Una vecina me ha dicho que nuestro horario de trabajo debería ser adaptable al de las familias.
Un día que fui a comprar al centro comercial, otra me dijo que cómo nos pasábamos los profesores al poner el precio de los libros.
Ayer otra persona me miró con cara de póquer cuando le dije que no iba a dar clase particular a su hija, alumna de Primaria, porque no era parte de mi trabajo.
La semana pasada otra me dijo que la conciliación laboral pasaba por dejar yo a mi hija en casa de mi madre toda la tarde para que yo cuidara a su hija en mi trabajo (me pregunto qué pintaría su hija, una niña de Primaria, en mi Instituto de Secundaria, pero bueno...)

Claro, es que a mis vecinos no les gusta mi trabajo...

¿Y por qué no, toda esta gente que critica tanto a los profesores, opta por enseñar -no educar, que esa es labor primordial de los padres- en sus casas? Oiga, que la enseñanza es obligatoria, pero no la escolarización. Si tan mal lo hacemos todos los profesores, ¿por qué no lo hacen ellos?
Esta tarde, como me digan algo en el parque, igual se lo propongo...


2 comentarios:

  1. Ehhhh, sí sabemos del Golpe de Estado en Honduras, que para eso está la SER, jeje.

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  2. Ya se oye poca cosa; resulta que hay huelga todos los jueves y viernes y los extranjeros están vigilados y amenazados con la expulsión...

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