Admito que lo mío no es la jardinería. Queda claro: mi amiga Diana me regaló hace muchísimos años un cactus de esos enano que la gente tiene al lado de su ordenador, se quedó en casa de mi madre cuando me vine aquí y tiempo después de murió (vamos, que es decir como que se secó). Mi cuñada nos regaló una navidad un bonsai, pero tampoco es para mi el legendario arte chino (me da que un bicho lo atacó)
Los claveles sí me duran...
Pero hoy, mientras preparaba el desayuno. ¡¡Notición!! La planta de la cocina tiene esquejes. Después de tres años, ya le vale. Pero bien. De hecho, son dos plantas en un mismo tiesto (vamos, dos esquejes que me dio mi vecina) y cada una tiene dos minúsculas, enanas, verderísimas ramitas que servirán como esquejes... Mi marido sostiene que tanta fecundidad es gracias a él, porque en verano sacó la planta a la ventana y se presenta ahora más verde y lustrosa que en los últimos años.
¿Esto quiere decir que soy algo así como abuela o tía ya?
Más sorpresas.
0 ideas:
Publicar un comentario
No acepto comentarios anónimos. Si no nos dices quién eres, tu comentario no se publicará.
Visito tu enlace si tu comentario no es spam, anónimo o una falta de respeto.
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.