Alpedrete. Suena a duro y recio. Podría ser un embutido especial, algo a medio camino entre el jamón dulce que paladean mis primos catalanes y la carne seca loncheada y deliciosa que saborean mis dos cuñadas en el norte español. Pero me parece también como a cocinero serio y respetable, entrado en años, conocido y concienciado de su labor gastronómica, a lo Karlos Arguiñano, empeñado en hacer de este mundo un lugar sabrosamente mejor, dedicado a paladares exigentes, pero cotidianos.
Alpedrete debe de ser una sabrosa hamburguesa de al menos dos pisos de pan del día horneado, de carne jugosa y bien hecha sobre lecho de verdura y rodajas de cebolla tierna ligeramente tostada, adornada con pulpa de jugoso tomate de la huerta y rodeada de patatas fritas cortadas al alimón, tres lonchas de queso fresco apenas deshaciéndose, rematado por un puñado de crujientes semillas de sésamo y salvado. Servido en plato cuadrado, blanco, en naranjas y amarillos y con servilleta de tela, mientras el cliente se acomoda en modernas banquetas casual-americanas de madera envejecida.
Pero Alpedrete es, también, el pueblo más cercano a la ciudad en la que vivo; imagino, entonces, que la hamburguesa tal vez proceda de la carnicería de la calle central, esa cuyo dueño estaba emparentado con mi profesora de 3º de solfeo -la que se empeñaba a toda costa en hacer de mí una respetable pianista- con mi vecina, la del portal de la derecha, y la exalumna de mi padre -de cuando daba clase allí, en prefabricadas del pueblo porque todavía no había escuela. La hamburguesa es, pues, plato principal porque tiene el sello de lo foráneo -y, ya se sabe, a los españoles todo lo que tenga el sello de fuera les parece de indeleble calidad- y lo apetitoso de lo desconocido.
Y todo, por sólo cuatro euros. Una ganga, oiga.
La verdad, yo leo "hamburguesa de Alpedrete" y justo al lado veo un MacDonalds y me voy al MacDonalds de cabeza. Ya sé que a lo mejor no debería, pero a estas alturas para según qué cosas tenemos ya el coco muy comido.
ResponderEliminarHummm... el MacDonald más cercano supone tener coche para llegar... Tal vez tendría que preguntar antes por el aspecto de la hamburguesa...
ResponderEliminarMmmm...Jugosa mezcla intercultural.
ResponderEliminarTal vez habrá que probarla, Pepe. Por no hacer un feo a lo extranjero.
ResponderEliminarUn saludo
Es increíble todo lo que has evocado a partir de esa hamburguesa, como dijo Pepe: una jugosa mezcla intercultural.
ResponderEliminarPero me pregunto, ¿de veras te animarás a probarla y contestar todas esas preguntas?
¡Pues es una idea, porque hoy nos iremos al cine!!
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