sábado, 26 de diciembre de 2009

Puntales navideños.

Hay cosas que son como puntales navideños, osadas columnas que sustentan todo el aparato de los dos días principales de estas fiestas y que se echan en falta si no ocurren, como el mensaje del Rey o los hijos de mis vecinos pidiendo el aguinaldo... No es lo mismo, sin duda, sin las llamadas telefónicas.

Cuando yo era pequeña se llevaba lo de mandar tarjetas de Navidad; llegaban a casa de mis padres desde Albacete, Madrid y Barcelona, lugares donde la familia se hacía presente un poco más en estas fechas y que te permitían saber si todos estaban bien. Malo, cuando alguna dejó de llegar...

Yo he recibido sólo una, además por sorpresa. Bien, vale, gracias -considerando que yo no soy muy proclive a efusiones familiares... Pero la verdadera columna, el auténtico esqueleto del bienestar navideño es la conversación telefónica en la que el peso lo lleva la pregunta "¿qué tal la noche?" Y sus respuestas certeras: "todo bien", "aquí, en familia", "sin novedades".

Nada puede ser igual una Nochebuena en una de mis casas familiares sin que alguien llame y se inicie esta conversación. Pero, ¿cómo va a ir la noche? Como todas, oiga. No hay cataclismos planetarios que impidan el acercamiento a la pantagruélica cena, por ejemplo. Y si pasara algo, seguro que ni iban a llamar ni lo iban a contar. Fijo, vamos.

Más bien, me digo, en la resaca -yo no bebo- de estas obligatorias cenas, si hoy alguien me llamará y me preguntará qué tal la noche. O si alguien se acercará a uno de los muchos que estarán en la calle y, sin miedo por la proximidad, se atreverá a decírselo. Yo lo hice, una Navidad, hace nueve años, bien guiada por mi amigo Joséantonio; y esas noches, duras, frías, en la calle, rodeados de gente, esas sí que no son nochebuenas ni mazapanes. Y nadie les llama... Sorprendente, porque se merecen el sms, al menos, de mi compañía telefónica.

Una opinión que me ha gustado hoy aquí.


6 comentarios:

  1. Es cierto que cada vez llegan menos tarjetas navideñas; que pena, a mi me encantaba abrirlas sentada en las rodillas de mi padre y colocarlas en su huequecito. Supongo que los e-mail cadena son más comodos y ecológicos, ¿no?
    Feliz Navidad, saludos )

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  2. MiniSchoch,
    vale por lo ecológico, pero un poco impersonal... No sé si quedarme con las llamadas ;-P
    Saluditos.

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  3. Las postales virtuales tambien son bonitas, pero no es lo mismo.
    Algun encanto especial tienen aquellos viejos christmas cards.

    Que siga la fiesta el fin de semana, madame

    Bisous

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  4. Madame,
    una de mis tías colgaba delicadamente las postales que iba recibiendo en los visillos del salón... ¿Un toque romántico?
    Feliz noche.

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  5. ¡¡Claro que son impersonales!!, pero eso parece no importar hoy en día; estas felicitaciones online me recuerdan a los 2 minutos de odio que se retransmitian en las telepantallas orwellianas de 1984.
    Por cierto, se me olvidaba alguien importante en la lista de héroes: Anakin Skywalker,
    ¿¿estas de acuerdo??
    :D

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  6. Ah, por supuesto... Un clásico!!
    Y te falta Frodo, aunque yo creo que son sus amigos más heroicos. :-)

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