No me gustan las tareas domésticas, en general, a las que considero acaparadoras necesarias de mi tiempo -que, ya se sabe, es breve, costoso y siempre muy ocupado en otras cosas más importantes. Pero, en particular, hay un elemento casero que me molesta especialmente: guardar calcetines.
Cada día que tiendo un par de calcetines tras otro estoy deseando que llegue la primavera o, al menos, un sol suficientemente generoso como para secarlo rápidamente. Los calcetines tienen la mala costumbre de quedarse húmedos en las punteras, aplanados en mala forma o, lo que es peor: no se lavan a la vez, con lo que la pareja queda en sorprendido divorcio a la espera de un feliz reencuentro en el cajón de mi cómoda.
Y, por supuesto, cuando ya estén juntos, unidos en un cómodo paquetito, ocurrirá lo inevitable a la hora de vestirse: uno de ellos -si no ambos- estará del revés...
Cada día que tiendo un par de calcetines tras otro estoy deseando que llegue la primavera o, al menos, un sol suficientemente generoso como para secarlo rápidamente. Los calcetines tienen la mala costumbre de quedarse húmedos en las punteras, aplanados en mala forma o, lo que es peor: no se lavan a la vez, con lo que la pareja queda en sorprendido divorcio a la espera de un feliz reencuentro en el cajón de mi cómoda.
Y, por supuesto, cuando ya estén juntos, unidos en un cómodo paquetito, ocurrirá lo inevitable a la hora de vestirse: uno de ellos -si no ambos- estará del revés...
Hola Montse,
ResponderEliminarA mi me pasa exatamente lo mismo, no sé lo que hago pero siempre mis pares de calcetines se acaban separando y tardo temporadas en encontrar mi par perdido.
Saludos y gracias por tus visitas a Los Líos de la Corte.
Madame, yo lo que mas detesto de los calcetines es ponermelos. Los odio.
ResponderEliminarEn otoño suelo resfriarme porque me resisto a ponerlos.
Feliz comienzo de semana
Bisous
Madame Caroline,
ResponderEliminarcon frecuencia tengo que rebuscar entre mis cajones hasta que encuentro lo que busco.
Un placer visitarla a su corte. Feliz tarde.
Madame Masquée,
ResponderEliminarno luche contra los elementos. Deje eso para el rey Felipe, se lo ruego.
Feliz tarde.
Querida menina, te acuerdas de la cantidad de calcetines que lavámos en el Albergue para transeuntes Calor y Café? Eso si era un verdadero problema, saber de quien era cada calcetin, o saber distinguir entre diferentes tonos de azules o tonos blancos... Ahora lo pienso desde la distancia de hace 12 años y veo que eramos verdaderos cracs!!!!
ResponderEliminarMenino,
ResponderEliminarno me había acordado de esa imagen al escribir la entrada, pero ahora que lo comentas... Creo que asocio esa lavadora con la figura de Kika al lado... 12 años ya... ¡Cuánto hemos andado desde entonces!
Un beso.