martes, 17 de noviembre de 2009

De lunes.

Regresaba desde Madrid a mi casa la tarde del lunes ya bien entrada la hora de la cena -cosas de los lunes, primerizos de la semana, traidores... Cuando vuelvo en aquel autobús -que suele ser siempre el mismo, repetitivo y con idéntico conductor que conoce casi ya nuestros nombres-, mis compañeros de viaje no están para muchas conversaciones. Va la gente poco a poco, sin prisa, sin pausa, lenta pero de andar apresurado noseaquesevayaelbus.

Cuando estudiaba en la Universidad todas las mañanas, puntualmente a las 7:55 me encontraba a un grupo de adolescentes. Todos los días, pasara lo que pasara. Nunca supimos nuestros nombres, pero el encuentro matutino nos hizo reconocernos y saludarnos. Siempre, en la puerta de la Policía Municipal. Llegué a preocuparme cuando alguna mañana uno de ellos no estaba...

Los lunes me pasa lo mismo. También otros días, pero las tardes cansadas de los lunes-noche tienen el aspecto especial de quien dejó atrás hace horas el fin de semana -que, para mí, suele estar lleno de cosas que hacer y trabajo atrasado. El conductor, que lo sabe, deja su auto en penumbra, un detalle para quien echa la penúltima cabezada del principio de semana. A mí a veces me gusta, me relaja, me deja pensar, otras me incomoda, porque voy con prisa de estudiar y aprovecho los minutos contados.

Al llegar a casa, mi marido, que está en todo, ya se encargó de mi hija -baño, cena, cuento, jesusito y a dormir. Y aunque la noche es mía y Rut siempre me llama a mí en la larga madrugada, es de agradecer sólo tener que sentarse y cenar.


4 comentarios:

  1. Ya lo creo que si, madame. Que suerte tiene con un marido multiuso. Generalmente son una calamidad para ciertas cosas, jiji.

    Buenas noches

    Bisous

    ResponderEliminar
  2. Poco a poco, vamos cambiando, aunque, lo reconozco, queda mucho camino por recorrer.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  3. Así que tu marido te mima... Yo tengo la suerte también de ser una mimada en casa. Y hay que ver lo que se agradece. Besitos, guapa.

    ResponderEliminar
  4. Isabel,
    como una reina... Si no fuera por él, muchas de las cosas que hago no serían posibles.
    Saludos.

    ResponderEliminar

No acepto comentarios anónimos. Si no nos dices quién eres, tu comentario no se publicará.

Visito tu enlace si tu comentario no es spam, anónimo o una falta de respeto.

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.