jueves, 26 de noviembre de 2009

¿Qué le pasa al calendario de mi cocina?

Hace varios días que vengo observando que el calendario de mi cocina debe de estar mal. No lo comprendo, porque siempre, mensualmente y con resolución, cambio la hoja correspondiente para observar el cúmulo de días que me espera, nuevo, a estrenar, lleno de cosas que aún no me ha dado tiempo a descubrir...

Y no cuadra con lo que veo en una conocida calle madrileña, cuando varias tardes a la semana me dirijo a la universidad para seguir estudiando -por las mañanas, en un lado, por las tardes volviendo a ser alumna... Antes de llegar a la esquina, ya he visto varios ositos polares, bolas plateadas y estrellas que parecen salidas del Reino de las Nieves. Pero allí, en la esquina, justo al cruzar, se encuentra el escaparate que descoloca mi calendario. Un escaparate enorme, inmaculado, de enormes ventanales, aprovechando el edificio el solar de otro que se derrumbó hace años, niños maniquís perfectos en sus caras, edulcorados o tan bien educados que ni gestos hacen.

Y entre ellos, falsos árboles con cintas doradas... y juego de luces azules y blancas cayendo en cascada. La verdad es que el efecto es bonito -otra cosa, el gasto de energía, claro- y me gusta, es agradable ver el jueguecito de las luces que me hace creer durante unos segundos que ya llegó la Navidad.

Pero es que en mi calendario pone que el próximo domingo empieza el Adviento y que Navidad sigue siendo el 25 de diciembre. Así que, o el escaparate prefiere saltarse un tiempo litúrgico o mi calendario está estropeado...

4 comentarios:

  1. Por desgracia, es que en esta sociedad hemos creado dos calendarios uno el de toda la vida(el que nosotros llevamos dentro) y otro el comercial.
    ¡Que mal evolucionamos¡ ¿no?

    No hay problema pienso utilizar el calendario de casa como tú.

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  2. Anónimo, lo mismo dice mi madre. Y el calendario dice que hasta dentro de un mes, nada de estrellas ni árboles navideños!!
    Saludos.

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  3. Si es que, a pesar de estar a punto de comenzar diciembre, los modernos mercaderes ya se preparan para hacer su agosto.

    Por eso, el día de Navidad es el más largo del año. Comienza en noviembre y acaba en enero.

    Saludos.

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  4. Perikiyo,
    jaja, ¡cierto! Ya no tenemos en cuenta ni soslticios ni equinocios para señalar los días más largos y más cortos...

    Ayer oía en un programa de la televisión que esto que comentamos se hace así en los centros comerciales para irnos metiendo en la cabeza la necesidad de preparar las compras navideñas, así estás más de un mes comprando. Y esto me molesta, claro.

    Saludos.

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