Como ya he contado hace poco, ha comenzado el curso. Yo lo digo por si alguien no se ha enterado. Esto me lo inspiran ciertos tópicos veraniegos-estudiantiles que he podido oír estas dos últimas semanas:
- Pues sí, nos vamos de vacaciones ahora, a mediados de septiembre.
- ¿Y el comienzo de curso del crío?
- Total, para lo que se hace a principio de curso...
Total, para lo que le sirve al crío en cuestión el comienzo escolar: enterarse de quiénes son sus profesores, cómo evalúan, qué se espera de él en la asignatura, qué material concreto le va a hacer falta, centrarse después de las vacaciones en volver a su entorno casi habitual. Total. Mejor irse de vacaciones con él. Cierto.
- Pues no sé de qué se quejan tanto los profesores: con los tres meses de vacaciones que tienen...
¿Tres meses? ¿En qué comunidad autónoma, oiga? Porque hago las maletas y me mudo, ¿eh? Eso sí que es vida. Yo tampoco sé de qué se quejan. Con lo llevaderos que son los adolescentes... Si a todo el mundo le chifla estar acompañado por un joven hormonado que no se entiende y del que cuesta comprender hasta su última rabieta...
- Las vacaciones de los niños son demasiado largas y se aburren. A ver si empiezan a ir a clase.
Eso digo yo: lo normal es que los niños se aburran. Lo lógico es que los compañeros de clase de Niña Pequeña, por ejemplo, con sus cuatro años, prefieran ir al colegio antes que compartir el tiempo con sus juguetes, dar de comer a las muñecas, pasear el carrito o hacer castillitos de arena en el parque. Si es que es lo normal, ya lo decía yo.
No sé por qué me da que los que se aburren son los padres...
- Pues sí, nos vamos de vacaciones ahora, a mediados de septiembre.
- ¿Y el comienzo de curso del crío?
- Total, para lo que se hace a principio de curso...
Total, para lo que le sirve al crío en cuestión el comienzo escolar: enterarse de quiénes son sus profesores, cómo evalúan, qué se espera de él en la asignatura, qué material concreto le va a hacer falta, centrarse después de las vacaciones en volver a su entorno casi habitual. Total. Mejor irse de vacaciones con él. Cierto.
- Pues no sé de qué se quejan tanto los profesores: con los tres meses de vacaciones que tienen...
¿Tres meses? ¿En qué comunidad autónoma, oiga? Porque hago las maletas y me mudo, ¿eh? Eso sí que es vida. Yo tampoco sé de qué se quejan. Con lo llevaderos que son los adolescentes... Si a todo el mundo le chifla estar acompañado por un joven hormonado que no se entiende y del que cuesta comprender hasta su última rabieta...
- Las vacaciones de los niños son demasiado largas y se aburren. A ver si empiezan a ir a clase.
Eso digo yo: lo normal es que los niños se aburran. Lo lógico es que los compañeros de clase de Niña Pequeña, por ejemplo, con sus cuatro años, prefieran ir al colegio antes que compartir el tiempo con sus juguetes, dar de comer a las muñecas, pasear el carrito o hacer castillitos de arena en el parque. Si es que es lo normal, ya lo decía yo.
No sé por qué me da que los que se aburren son los padres...
Me parece que si, madame. Por lo menos recuerdo perfectamente que yo nunca me aburría en vacaciones. Ni ahora tampoco, jiji.
ResponderEliminarFeliz fin de semana
Bisous
Madame,
ResponderEliminarde pequeña las vacaciones eran demasiado cortas para mí, pues siempre tenía cosas con las que entretenerme: la bicicleta, leer, pintar, pasear, salir con los amigos o los juegos de mesa. ¿Cómo haríamos antes para vivir sin internet y no aburrirnos? Es un misterio para nuestros niños.
Feliz tarde.
Uff, eso de los tres meses de vacaciones es internacional, evidentemente. Aquí también lo viven diciendo. Así que yo me mudo a España y tú a Uruguay.
ResponderEliminarTe cuento que mi hija pequeña, estaba loca por volver a la escuela este año. Sin dudas que no para estudiar (está en cuarto año de primaria) pero sí para volver a compartir con sus compañeros.
Yo no deseaba volver, no deseaba, no deseaba, no deseaba... ya sé, quedó claro.
Y lo cierto es que yo no veo los tres meses por ninguna parte. Cierto que esto no es una labor física, pero sí intelectual y muchas horas de oscuro trabajo en casa que la gente no percibe.
ResponderEliminarMenos mal que nos queda la conciencia del trabajo bien hecho...
Un saludo.