- Mamá, tengo frío.
Tendió su mano, confiada, con la certeza total de que también esta vez -también-, mamá sabría resolver la situación.
E xisten entre nosotros unos seres únicos, que viven prácticamente de incógnito: los noseabundos . Los noseabundos se mimetizan perfectamen...
¡Qué hermosa es la confianza absoluta que de niño se tiene en los padres! Se piensa que son omnipotentes. Aún mi hija de diez años conserva parte de esa inocencia. Su papito, ay su papito.
ResponderEliminar¡jo,jo,jo!, muy adecuada para nuestros días
ResponderEliminarLos papás y las mamás lo pueden todo;
ResponderEliminartu responsabilidad es hacer que así sea...
Gracias los tres.
ResponderEliminar¿Acaso dudábamos de que los padres son todopoderosos? Qué impresionante es el concepto de ese poder que tiene un niño pequeño.
Y como dice MiniSchoch, qué gran responsabilidad.
Saludos.
Es hermosa la confianza infantil. Hemos de procurar no defraudarla nunca... Besotes.
ResponderEliminarAprovecha ahora que tiende la mano con ese lema, que luego la tenderá para decir
ResponderEliminar- Mamá, dame euuuros
Isabel,
ResponderEliminar¿una confianza frágil como cristal?
Tío de Rut,
ResponderEliminarya podrá extender la mano, ya, que le mandaré que vaya a dar la lata a su tíito.
Juas.