El sábado, cuando me veía rodeada por los vampiros de la penúltima película de la saga Crepúsculo -la sala de cine llena, muchas de mis alumnas en la sesión anterior, Niña Pequeña ya posiblemente acostada por Él-, recordé a una alumna que tuve hace unos años.
Acababa de salir el primer o segundo libro de la historia. Aquel año yo daba clase a un grupo de 4º de ESO, y había un pequeño grupo de alumnas extranjeras, creo recordar que búlgaras; habían superado más o menos la dificultad del idioma nuevo y podían, con menor o mayor acierto, seguir mis clases. Sorprendí a una de estas chicas, al entrar en clase, con el libro de Crepúsculo encima de la mesa.
- Profe, ¿ves? Qué historia tan bonita -me dijo.
- Lo sé, yo también me estoy leyendo estos libros -le contesté, pues una alumna de otra clase me había dejado un ejemplar.
Un alumno comenzó a burlarse de la lectura en cuestión. A su juicio era un libro de niñatas adolescentes que no servía para nada. Posiblemente si este alumno hubiera dedicado unos minutos a leer algo más que los mensajes de móvil que recibía diariamente, habría mejorado su ortografía, tal vez la caligrafía, puede que incluso su dicción -no su educación, pues era, recuerdo, un adolescente envalentonado por mamá- colega, mimado hasta la extenuación.
Acababa de salir el primer o segundo libro de la historia. Aquel año yo daba clase a un grupo de 4º de ESO, y había un pequeño grupo de alumnas extranjeras, creo recordar que búlgaras; habían superado más o menos la dificultad del idioma nuevo y podían, con menor o mayor acierto, seguir mis clases. Sorprendí a una de estas chicas, al entrar en clase, con el libro de Crepúsculo encima de la mesa.
- Profe, ¿ves? Qué historia tan bonita -me dijo.
- Lo sé, yo también me estoy leyendo estos libros -le contesté, pues una alumna de otra clase me había dejado un ejemplar.
Un alumno comenzó a burlarse de la lectura en cuestión. A su juicio era un libro de niñatas adolescentes que no servía para nada. Posiblemente si este alumno hubiera dedicado unos minutos a leer algo más que los mensajes de móvil que recibía diariamente, habría mejorado su ortografía, tal vez la caligrafía, puede que incluso su dicción -no su educación, pues era, recuerdo, un adolescente envalentonado por mamá- colega, mimado hasta la extenuación.
La alumna se dio la vuelta. La recuerdo en jarras, poderosa, mirando a los ojos a su compañero.
- Yo, al menos, leo -le contestó firme.
En mi opinión todos los géneros son válidos y todos los libros aportan algo. Había oído que estos de Crepúsculo están muy bien, no los he leído porque el rollo vampírico no me va, quizá algún día me anime con ellos, a ver si los encuentro para bajarlos de internet.
ResponderEliminarConozco uno de los libros. Efectivamente se le puede encuadrar en la sección "Por Lo Menos Leo".A mi juicio, en esa sección, son mejores, literariamente hablando, los de Harry Potter. Pero las pelis -del uno y de los otros, los vampiros- me parecen infumables. No obstante, espero que hayas disfrutado con el el viaje de novios y el breve pero intenso embarazo.
ResponderEliminarMuy buena respuesta, la de la alumna.
ResponderEliminarHe de confesar que soy totalmente contrario a la saga "Crepúsculo". No la considero, ni mucho menos, una lectura para niñatas adolescentes, nada más lejos.
Lo que pasa es que soy un amante del cine y la literatura de terror y de vampiros, y a mí eso de que un vampiro vaya al instituto y le presente a su novia a los padres, es algo que no trago.
A lo mejor es que me estoy haciendo mayor y ya soy un clásico, pero mi idea de un vampiro dista mucho de la que se nos presenta en los libros de Crepúsculo.
A mí me gustan los vampiros como Dios manda.
Saludos.
Kassiopea, ya nos contarás.
ResponderEliminarUn saludo.
Medioambiente, yo también prefiero la saga de Harry Potter, que tiene además raíces mitológicas y latinas, pero esta saga vampírica tiene la ventaja de la facilidad de lectura y el lenguaje sencillísimo, lo que, unido al tema, hace que "al menos, alguien lea".
ResponderEliminarUn saludo.
Perikiyo, llamativos estos vampiros brillantes, sí, e imagino que a los amantes del terror clásico esto les rechina... Pero historia de amor, al fin y al cabo, que sí creo que gusta a las adolescentes lectoras sin mucha más ambición.
ResponderEliminarUn saludo.