Yo soy más bien tradicional, ya se sabe: Reyes Magos, fiestas de cumpleaños con bocadillos de crema de cacao y buñuelos de viento para estas fiestas. Pero mi vecina me ha traído una suculenta muestra de dulces de Halloween -fiesta celta a la que pienso renunciar-: terroríficos dedos de ultratumba y almendra, caras de chocolate de gatos de cementerio y el corazón roto de mermelada de fresa de algún muerto viviente.
Por eso, esta vez le he tenido que escribir una carta de agradecimiento. Podéis leerla pinchando aquí.
Por eso, esta vez le he tenido que escribir una carta de agradecimiento. Podéis leerla pinchando aquí.
Yo también soy muy tradicional, pero, si esos dedos son de almendra y las caras son de chocolate, ...pues oye, por una vez que se celebre Halloween, tampoco pasa nada. :))
ResponderEliminarEs que el dulce me puede y las almendras, también.
Un abrazo.
La invasión imparable del medioambiente simbólico por el consumo superficial anglosajón me llena de melancolía, amiga mía. Tendré que escribir un post.
ResponderEliminarMadame, vaya aspecto que tienen los dulces en cuestión. Ya pueden estar buenos, porque la verdad es que mirarlos no estimula el apetito :)
ResponderEliminarBuenas noches
Bisous
Qué buena pinta tienen esos dulces de Maruja... da un poquito de pavor a primera vista, pero seguro que están deliciosos. ¿No es así Negre?
ResponderEliminarPor cierto mi blog ya está totalmente operativo, con los días supongo que iré poniendo cosas nuevas.
Un saludo.
Así es, queridos amigos: unos dulces terroríficos, pero muy apetitosos. Los corazones rotos de mermelada y las caras espantosas de gatos de chocolate causaron sensación en Niña Pequeña.
ResponderEliminarPepe, estaremos pendientes de tu melancólica entrada.
Un saludo.
¡¡¡Bufff!!! Por favor! No me como yo eso ni aunque fueran tocinitos de cielo tuneados.
ResponderEliminarDíselo a Maruja, porfa.
José Luis
José Luis, te leerá, jejeje. Pavorosos dedos, ¿eh?
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