miércoles, 18 de mayo de 2011

Delicias ganadas del norte de España.

Llegamos por fin de cumplir con nuestra primera obligación ciudadana: hacer la declaración de la Renta. Extrañamente, esta vez no he tenido que discutir con ningún burócrata, demostrar que no desfalco desde hace años ni jurar por lo más sagrado que no me he comprado otro inmueble más. Ha sido, además, una tarde agotadora rodeada de pólenes malignos dispuestos a colapsar mis pulmones, trabajo atrasado que se acumula en forma de torres de papeles en la mesa del salón y me lamo aún las heridas hechas por las dentelladas de mis casi nuevos zapatos de rojo mate. Es tarde y Niña Pequeña debe de estar desde hace un par de horas durmiendo ya en su cama, en la casa de sus abus.

Él decide entonces que, por esta vez, no vamos a mirar el papel del endocrino, sino que toca regodearnos en el placer más prohibido. Me mira en silencio, apenas una décima de segundo, y coge el cuchillo de piquitos. "Abre la nevera", me dice, "y sácalo". No me lo tiene que decir dos veces, porque ya he comprendido la señal. Abro la puerta, sonrío para mis adentros, mientras Él abre la bolsa del pan y corta, despacio, dos anchas rebanadas a bisel. Le paso el bote de queso fuerte, de Valdeón: queso casi de Cabrales, el que más me gusta. Pero nos lo hemos merecido.

Con un cuchillo de punta roma rebaña bien el borde del bote, y una generosa tajada de queso se desprende, extendiéndola luego por la miga del pan. Ya casi puedo sentir su sabor en mi paladar, fuerte, denso, casi agresivo. "Pero no te acostumbres, ¿eh?", ríe mientras ve cómo me regodeo con el improvisado aperitivo. Chasqueo la lengua dentro de la boca, mientras aplasto una gota de queso dentro de ella y siento que se deshace como mantequilla. Hoy -Hacienda, alumnos hiperactivos, exámenes por corregir, insolencias, papeleo administrativo-, me lo he ganado.

10 comentarios:

  1. Claro que sí, de vez en cuando va bien darse un homenaje.

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  2. Empiezo a constatar que eres una mujer de muchas suertes. La suerte de un trabajo vocacional que a veces (lo has confesado) te procura momentos de felicidad pura; la suerte de una Niña Pequeña que te arroba de emoción y de amores; la suerte de un Él que procura y consiente amistosamente tus placeres más prohibidos; la suerte de unos padres que son además tiernos abuelos; la suerte de unos amigos por los que vale la pena viajar en tren un domingo; ...... y la suerte de amarlos a todos.

    Tengo cierta confusión a costa del queso de Valeón. El valle se encuentra entre León y Zamora, pero veo también que ese queso se vende como producto autóctono en los Picos de Europa. ¿De dónde demonios es originario el tal queso? Y desde luego: ciertas viandas son un placer prohibido ... ¡pero seguro!

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  3. Enhorabuena, Negre. Eso sí que es placer. Prueba a tomarlo con manzana. Y ,sobre todo, ya sabes, no te acostumbres.
    Respecto a la burocracia, te invito a ver este divertido vídeo que me enviaron hace unos días:

    http://www.youtube.com/watch?v=XXWZ3uAEKsw

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  4. Kassiopea, con el día que tuve ayer, no había otra.

    Un saludo.

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  5. José Luis,
    como tú dices, tengo mucha suerte y, creo, afectos centrados y asentados (mi trabajo me ha ido costando). Pero sé que quien mucho recibe, mucho ha de dar.
    Sobre el delicioso queso de Valdeón, León es la tierra de Él, y sostiene con orgullo que es algo propio de su zona. Un delicioso placer gastronómico.

    Un abrazo.

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  6. Pepe, ¿con manzana? ¿En compota? ¿En trozos?
    Gracias por la referencia del vídeo ;-)

    Un saludo.

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