miércoles, 14 de diciembre de 2011

No voy a luchar contra la persiana.

Se ha roto la persiana del cuarto de Niña Pequeña: exactamente, dos láminas superiores, que permiten pasan mínimamente la luz, pero impiden la apertura total de la ventana. Se ha caído, sí, casi todo el conjunto de la persiana, tras el estor y entre la doble ventana que nos aísla del frío, mientras que el resto se ha liado sobre sí mismo y escondido en el tambor, a salvo de miradas indiscretas. La habitación de Niña Pequeña es ahora un pequeño rincón donde las sombras se intentan adueñar poco a poco del baúl de juguetes y la pizarra magnética, mientras que la luz atraviesa esperanzada entre el hueco de las dos láminas.

- Mamá -llama, mientras se tapa con el edredón rosa, preparada para dormir ya.
- ¿Hum? -contesto, al mismo tiempo que recojo la ropa para la lavadora.
- Mamá, enciéndeme las luces de Hellokitty, que no veo -pide, señalando la fila de minúsculas caritas luminosas que le regaló su padrino por su cumpleaños.

Hoy ganará aliados de colores la luz que se cuela entre las láminas rotas. Abajo brilla la farola del patio comunitario.

5 comentarios:

  1. La luz que se filtra por las persianas, cuando es del sol, da cuerpo al aire y se le ve flotar dividido en miles de partículas. Es uno de los imborrables recuerdos de aquellos eternos veranos de la infancia hoy lejanísimos.
    Niña pequeña, quizá almacene hoy algún recuerdo luminoso para siempre.

    ResponderEliminar
  2. Esas rayas de luz entrando por tu ventana se recuerdan toda la vida. Yo tenía una que hacía de cámara estenoscópica y veía en la pared, frente a mi cama, moverse algo que era el tranvía boca abajo. Y el polvo en suspensión iluminado por una flecha luminosa, .....

    ¡Qué suerte tiene estos días N.P.!

    Jósé Luis

    ResponderEliminar
  3. Medioambiente, visto así, tal vez haya sido una suerte que las láminas se hayan roto...

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. José Luis, recuerdo que en mi cuarto, cuando era pequeña, la luz convertía el gotelet de la pared en personas y animales que se perseguían...

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. ¡Juá juá! Parece que nos hayamos copiado Pepe y yo, pero no. Esto demuestra que las rayas de luz en la estancia penumbrosa perduran en nuestras memorias. ¡La luz!... la primera creación del Creador.

    José Luis.

    ResponderEliminar

No acepto comentarios anónimos. Si no nos dices quién eres, tu comentario no se publicará.

Visito tu enlace si tu comentario no es spam, anónimo o una falta de respeto.

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.