martes, 12 de julio de 2011

Perchas como sables.

Abrir el armario y descubrir su voracidad: no encuentro lo que busco.

Tal vez debería aprovechar este tiempo de vacaciones para domesticarlo y acostumbrarlo al orden -algunos lo llamarían obediencia...

8 comentarios:

  1. Negre:

    Cuestión grave la que planteas con sucinta habilidad. Es también la guerra de Ella. Ella pelea con sus sables y con los de los armarios de nuestras hijas aún residentes en el hogar. Yo, en este negociado, no constituyo pesadez alguna, antes bien, mis sables son expoliados de ordinario sin que oponga yo resistencia alguna. Al revés. Quizás la huella de mi temprana vocación religiosa (iría a Africa a convertir negritos) determinó un perenne anhelo en mí de tener una única vestimenta para todo el año (y otra idéntica, para solventar los períodos de lavado) ¡peeeero! .... Ella no estuvo de acuerdo. No obstante, nunca quiero comprarme ropa, –mucho menos que me la compren–, y me complace estirar lo más posible la vida útil de las escasas prendas que utilizo.

    Digo lo dicho, porque para alcanzar la "obediencia debida" de los armarios, la clave pasa por su espurgación sistemática. A una chica, que nos ayudó en la casa cuando los mayores eran pequeños, oí decirle a Ella, que en los armarios sólo debía estar colgada y plegada la ropa de la temporada. En fin, te deseo un éxito definitivo en tu propósito.

    Un saludo, esposa y madre.

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  2. Madame, el armario y yo tampoco nos llevamos bien. Él suele encontrar conveniente colocar las cosas en distintos lugares a donde las busco yo :)

    Feliz tarde

    Bisous

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  3. José Luis,
    coincido contigo en el tema de la austeridad de la ropa, y es Él quien, con frecuencia, me regala cosas. Astutamente, a fin de que mi armario no lo devore, coloco casi todo en la cómoda.
    Y si sólo debe estar en el armario la ropa de temporada, ¿dónde pongo la otra? Hum...

    Un saludo.

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  4. Madame,
    su armario es sumamente astuto y busca, sin duda, iniciar una guerra psicológica con vos.

    Feliz tarde.

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  5. ... jájájá! .... ni idea de dónde., Negre. Ejemplo: nunca encuentro esa cazadora de entretiempo que quieres ponerte una noche de verano porque, inopinadamente, se levanta viento fresco y no puedes sentarte en una terraza con sólo la camisa. Esa información no consta en mi negociado ..... Son inconvenientes de la especialización doméstica por cónyuge. En la cocina y la despensa, el que lo sabe todo soy yo.

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  6. Ah, José Luis, entonces eres como Él, que no me deja entrar en SU cocina...
    Creo que en el trastero debo tener...

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  7. Los armarios son de los bichos más difíciles de entrenar que existen, yo te recomendaría leer 'Argucias para Domesticar un Armario', del profesor Mirro Pero, Editorial Imposibles.

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  8. Así es, Ana Laura. Y va en aumento, incluso contagioso hacia otros de la casa... Gracias por la reseña.

    Un saludo.

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