viernes, 12 de noviembre de 2010

Mis alumnos no tienen vida.

Para los alumnos de mi tutoría -la que me ha tocado este año- realmente no existe el tiempo. El real, digo, el que manejamos todos los demás con sus horas, segundos, días, noches y actividades perfectamente cuadriculadas para ir tirando.

Todavía hay gente por ahí que se piensa que los profesores subimos las escaleras, vagamos por los pasillos, soltamos una charlita más o menos improvisada y nos repantigamos luego en el sillón. Pero esta semana, mire usted, tocaba en la hora de tutoría centrar a los alumnos en lo de mejorar las técnicas de estudio, convencerlos de que escuchando música uno no se aprende las capitales del mundo o que chateando por el Tuenti es imposible encontrar el trabajo de la asignatura más odiada de la semana:

- A ver, ¿cuántas horas le dedicáis a las cosas del colegio?

Respuestas variadas: "una hora, profe", "dos o tres horas", "¡toda la tarde!" -a este habrá que darle una mención especial al más esforzado y peor organizado-, "nada, ¿para qué?"

Sin entrar en ninguna clase de estupor -una está curtida en batallas- me lanzaba a saciar mi infatigable curiosidad. Hice un círculo en la pizarra -mero simulacro de un reloj- y pasé a preguntarles por las cuestiones básicas de su vida:

- ¿Cuántas horas en el ordenador?

Surge el mundo real: "diez minutos" -¡anda ya!-, "dos horas", "¿jugando o sin jugar?".

Vamos bien. Sigamos.

- ¿Y al teléfono?

Variedad: "yo no uso el teléfono" -ahora sí que caigo en el estupor-, "una hora", "¿mandando mensajes a Telecinco o sin hacerlo?", "huy, profe, como tres horas" -el recibo de esa casa debe de ser un pergamino y no el folio por una cara de mi buzón...

- ¿Y saliendo a diario? ¿Actividades extraescolares? ¿Comiendo?

El círculo de la pizarra se divide, multiplica, distorsiona, le falta sitio para analizar el reparto de horas de mis adolescentes tutorandos. El resultado final no se hace esperar. el tiempo no da para nada, profe. Lógica no les falta; total de horas del día: 24. Total de horas del día empleadas en tareas no estrictamente escolares: entre 21 y 23.

Tienen razón. No pueden estudiar. No pueden hacer deberes. No pueden llevar las cosas del colegio al día. Y es que la vida no les da para más. La vida puede más y lleva más tiempo.

O que lo digan ellos mismos en los comentarios...

4 comentarios:

  1. jejeje, es verdad, madame, es que a veces la vida lleva mucho tiempo, y uno no da para mas. Entonces hay que elegir, y claro, comprenda usted que los estudios no siempre es lo mas apetecible entre una larga lista de cosas.

    Buenas noches

    Bisous

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  2. Madame,
    eso fue lo que les dije: estudiar es difícil y comprendía su postura. Aunque no la comparto.

    Y es que a mí me gustaba aprender...

    Feliz noche.

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  3. Mi forma de estudio es compatible con las ventanas emergentes de un ordenador :D Pero a algunos unas horitas de estudio, o una forma más eficaz le vendrían más que bien.

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  4. Kratso,
    no me hagas hablar de tu organizada forma de estudio...

    Saludos.

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