Sí, he sido buena. Mi comportamiento ha sido excelente este último año. Dense cuenta Sus Majestades de las veces que me he propuesto no abrir la boca y lo he logrado -no muchas, la verdad, pero sé que apreciarán la intención y el esfuerzo, que es lo que siempre se dice a los malos estudiantes. Fíjense sus regios ojos en cada uno de los días que he pinchado con el tenedor esas verduras que no me gustan, las ocasiones en las que opté por el pescado blanco al horno en vez de la carne roja y sangrante o cuando he acompañado a Niña Pequeña en su merienda -iniciada siempre con un vaso de zumo de naranja.
Cierto. Podría haber evitado algún examen de recuperación a los alumnos del fondo-a-la-derecha, o mirado con blandura de colchón de pueblo a cierto grupo de antiguos alumnos. Pero fui sincera, a la par que clara, con las familias y contesté educadamente a todas las preguntas -excepto las de aquella madre, empeñada en hacerme creer que su niño hacía los deberes con distintos tipos de letra, es verdad.
Cumplí cada uno de mis propósitos y me enzarcé en una lista golosa de lectura a lo largo del verano, preparé a conciencia mis clases y fue responsable en el trabajo. Pinté con pincel con Niña Pequeña, fuimos a todos los cumpleaños de sus amigas -excepto a ese en el que le pilló con gripe, claro-, aprendimos a hacer puzzles, nadamos ya sólo con manguitos en la piscina y procuré ser más paciente en casa, por el bien de Él.
Seguro que se me queda algo en el teclado, fijo. El año que viene Niña Pequeña, Él y yo iremos a visitar a un Cartero de Sus Majestades, lo hemos prometido, a fin de que nuestras cartas lleguen antes a su destino. Es poco lo que les pido, ya que saben que lo que me gusta es leer, aunque eso suponga aumentar el peso sobre las baldas de las estanterías del Ikea de mi casa.
Pero no se olviden, sobre todo, de los cuentos de Niña Pequeña, ni de su delfín de peluche ni del traje de Campanilla. Ya saben Ustedes que lleva tiempo solicitándolos y, aunque ha sido traviesa, esta fiesta es la de los niños, por excelencia. Y hemos prohibido tajantemente la entrada a Papá Noel en casa, por supuesto, tal y como nos recomendaron el año pasado por estas fechas.
Junto al árbol, al lado del Nacimiento, encontrarán, además, leche y unas galletas. No teman hacer ruido esta noche. No nos levantaremos, aunque estaremos expectantes en la noche más larga del año,l diga lo que diga la geografía y yo en mis clases...
Un saludo.
Cierto. Podría haber evitado algún examen de recuperación a los alumnos del fondo-a-la-derecha, o mirado con blandura de colchón de pueblo a cierto grupo de antiguos alumnos. Pero fui sincera, a la par que clara, con las familias y contesté educadamente a todas las preguntas -excepto las de aquella madre, empeñada en hacerme creer que su niño hacía los deberes con distintos tipos de letra, es verdad.
Cumplí cada uno de mis propósitos y me enzarcé en una lista golosa de lectura a lo largo del verano, preparé a conciencia mis clases y fue responsable en el trabajo. Pinté con pincel con Niña Pequeña, fuimos a todos los cumpleaños de sus amigas -excepto a ese en el que le pilló con gripe, claro-, aprendimos a hacer puzzles, nadamos ya sólo con manguitos en la piscina y procuré ser más paciente en casa, por el bien de Él.
Seguro que se me queda algo en el teclado, fijo. El año que viene Niña Pequeña, Él y yo iremos a visitar a un Cartero de Sus Majestades, lo hemos prometido, a fin de que nuestras cartas lleguen antes a su destino. Es poco lo que les pido, ya que saben que lo que me gusta es leer, aunque eso suponga aumentar el peso sobre las baldas de las estanterías del Ikea de mi casa.
Pero no se olviden, sobre todo, de los cuentos de Niña Pequeña, ni de su delfín de peluche ni del traje de Campanilla. Ya saben Ustedes que lleva tiempo solicitándolos y, aunque ha sido traviesa, esta fiesta es la de los niños, por excelencia. Y hemos prohibido tajantemente la entrada a Papá Noel en casa, por supuesto, tal y como nos recomendaron el año pasado por estas fechas.
Junto al árbol, al lado del Nacimiento, encontrarán, además, leche y unas galletas. No teman hacer ruido esta noche. No nos levantaremos, aunque estaremos expectantes en la noche más larga del año,l diga lo que diga la geografía y yo en mis clases...
Un saludo.
Madame, espero que lean su carta y respondan como usted se merece.
ResponderEliminarFeliz noche de reyes
Bisous
En efecto, pareces haber sido buena. Te mereces buenos Reyes.
ResponderEliminarQue los tengas felices. Y Niña Pequeña también.
Y... ¡bueno! ¿qué fue? ¿están ustedes felices con los obsequios de SS. MM.? Y tanto que sí... ¡seguro de ello estamos sus lectores!
ResponderEliminarFelicidades a los tres.
Como postdata, informo a los presentes de la bondad de Sus Majestades. Niña Pequeña ha disfrutado el día con nervios y emoción.
ResponderEliminarGracias a los tres.