sábado, 27 de agosto de 2011

Crónicas marinas (8)

Lo efímero de una pisada cuando el sol cae de plano... En el borde de la piscina:


- ¡Mamá! -exclama Niña Pequeña al descubrir la huella de mi pie- ¡Yo también quiero una foto!



4 comentarios:

  1. ¡Huy! menudo pie cavo padeces, Negre. Y el empeine bien alto; cuántos zapatos no habrás podido llevar ¿verdad? Yo, igualito que tú. No me consuela, aunque ayuda a llevarlo con dignidad, que los pies, los tobillos y el repitario, sean los puntos flacos de los Piscis, según me hizo saber una aficionada a la astrología.

    Parece que Niña Pequeña pìsa mejor su camino, y siempre es un alivio que los hijos sufran menos que nosotros.

    Igual "me he colao en tó"... no habrás cambiado el orden de las fotos ¿eh? jájájá!

    Un abrazo. Muy buena la idea de retratar las huellas.

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  2. Anónimo, te equivocas: no padezco nada en los pies. Lo que ves es el resultado de lo efímero: cuando fui a hacer la foto la mitad de mi huella había desaparecido. Eso sí: sólo llevo zapatos anchos.

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  3. ¡jajajaja! ¿no ves? Y mira que he ampliado las fotos buscando ese resto de humedad que suponía pero no he hallado. Me alegro de mi yerro porque nada mejor que unos pies normales. Si yo te contara o contase...

    josé luis

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  4. José Luis, puedo prometer que no he mentido!!

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