El inicio del curso llega cargado no sólo de exámenes en blanco por corregir en toda su pulcritud, sino de la impactante noticia que mi gremio, el de los profesores de Secundaria, se quiere lanzar a la huelga el mismísimo día 14 de este mes. La noticia, además, se remata diciendo desde los medios de comunicación que no sólo se reduce presupuesto para la (des)Educación, sino que miles de interinos regresarán a las oscuras cuevas de la lista en espera de destino y que mis compañeros de la educación pública deberán trabajar dos horas lectivas más, aumentando la presión escolar de 18 a 20 horas ante el alumnado más o menos vil.
Hace varios días, puede que incluso semanas, un amigo me lanzaba en el Facebook la invitación a firmar un documento virtual en apoyo a estos profesores de la cosa pública, en afán de lucha sin par. Se da la circunstancia de que mi trabajo se desarrolla dentro de la concertada. Y no sólo no he firmado este panfleto en la red, sino que además estoy totalmente en desacuerdo con esta propuesta. Vaya por delante que soy hija de profesor -de la pública- y mi cariño hacia los amigos -virtuales o no- que trabajan en este tipo de colegios e institutos.
Pero no, no les brindo mi apoyo. Los titulares que estos días inundan mi periódico y telediario habitual son demagógicos. Queridos compañeros, dejad claro que no os queréis lanzar a la huelga salvaje porque os aumenten dos horas lectivas, sino porque, acuciados y achuchados por unos sindicatos que han estado silentes y ausentes durante los últimos siete años de crisis y corrupción política y de pronto -¿es que se avecinan, tal vez, oh dioses, elecciones generales este invierno?- han caído en la cuenta de que los recortes presupuestarios igual no están bien.
Queridos compañeros, no os apoyo porque lo que necesitamos es una reforma seria e integral de nuestro sistema educativo, favoreciendo de una vez por todas la autoridad del profesor, la importancia del esfuerzo, la necesidad de trabajo y reconocimiento del alumno que se pringa por su estudio.
Queridos compañeros, no os apoyo porque cuando el curso pasado los recortes presupuestarios afectaron a la escuela concertada, eliminando con orden legal de fechas de julio y agosto nuestros apoyos, grupos de refuerzo, desdobles, compensatorias y aulas de enlace, ninguno de vosotros, repito: ninguno de vosotros, se lanzó a la calle, recogió firmas en nuestro apoyo, pidió la colaboración y el reconocimiento para nuestra labor. Por cierto, además, que muchos de vosotros tenéis, curiosamente, a vuestros hijos e hijas en nuestros colegios concertados... Ninguno de vosotros habló de los cientos de profesores que fueron despedidos de las escuelas e institutos concertados... Curioso.
Queridos compañeros, no os apoyo porque no os pasa nada por estar dos horas lectivas más en el aula. Porque vosotros, que tenéis nuestra misma titulación y hacéis nuestro mismo trabajo -educar, enseñar-, tenéis un sueldo un 20% superior al nuestro y más medios, así como el reconocimiento monetario de sexenios, no estáis obligados a formación permanente y contínua, no tenéis la presión administrativa que tenemos nosotros ni la vigilancia meticulosa de la Inspección. Nosotros trabajamos 25 horas lectivas a la semana y cinco horas más añadidas hasta las 30 obligatorias legalmente. Cobramos menos y trabajamos un mes en verano.
Queridos compañeros de la enseñanza pública: no contéis conmigo. No tuve vuestro apoyo hace un año. No somos iguales a vuestros ojos. Lo que estáis haciendo, además, nos perjudica a todos, porque nos meten en el mismo saco. Sois unos insolidarios.
Yo sí te apoyo a ti, Negre; yo secundo tu entrada desde la primera hasta la última palabra. Yo firmo tus ideas, porque ya está bien que los trabajadores de la concertada seamos trabajadores de segunda para los derechos y las defensas sindicales, de segunda para disponer de los medios para desarrollar nuestro trabajo, de segunda para la jornada laboral y de segunda para los sueldos y seamos de primera para los recortes y las bajadas de los sueldos.
ResponderEliminar¿Dónde hay que firmarte, Negre?
Yo no soy del gremio, Negre, pero se te entiende todo a la perfección y te apoyo de la A a la Z, como Pedro.
ResponderEliminarAyer dejé un comentario pero no ha subido; a veces no puedo usar "mi cuenta google" y entonces escribo como anónimo. Decía en él, que lo que más me asombra y enoja es que todo esto de lo que se hace o deja de hacer, lo PUEDAN decidir unos sindicatos -de muchísima "clase"-, que está clarísimo que la Educación, educadores y educandos, les importa un mismísimo pimiento.
Lo que hacen es decretar cómo deben ser las cosas y lo más asombrante es que ¡¡¡les dejan!!!
Si en mi mano estuviera, en horas 24, dejaban de cobrar un solo euro de los españoles. Ellos y los partidos. Tampoco entenderé nunca porqué sólo CCOO y UGT son los interlocutores válidos ante el Ejecutivo. Es un país muy raro.
En cualquier caso, una huelga general del profesorado por la cuestión de que se trata, me parece una auténtica desproporción y una salvajada.
José Luis
Yo también firmo lo que afirmas.
ResponderEliminarAnoche vi un programa de tertulia-debate y comprobé que, en efecto, en general, os "meten a todos en el mismo saco", aunque oí repetidas veces algunos de tus argumentos, especialmente el de tu crítica a los sindicatos. También pude comprobar, más nítidamente que en otros casos, cómo los periodistas, salvo honorables excepciones, hablan de lo que saben y de lo que ignoran, con similar soltura. Bien es verdad que el programa aludido dispone de una barra a pie de pantalla, en la que numerosos mensajes de los espectadores hicieron saber a los contertulios lo grueso de su ignorancia.
ResponderEliminarDe todas las razones aludidas por los potenciales huelguistas, la más endeble, si no ridícula, es la de que se van a despedir a "miles de interinos" con lo que el número de parados aumentará aún más y ello, precisamente, en una época de crisis. Haciendo una fácil "reductio ad absurdum", podríamos acabar con el paro profesoral interino reduciendo las horas lectivas del profesorado titular en la pública o contratado fijo en la concertada y la privada: 25, 24, 22, 20, 18, 16, 12, 8, 5... lo que haga falta hasta lograr el pleno empleo del sector.
Creo y opino que a los profesores, como a cualquier profesional, les gusta hacer bien su trabajo, es decir, "poder" hacer bien su trabajo, es decir, que "les dejen" hacer bien su trabajo y, para ello, la mejor ayuda es, como dices, "una reforma seria e integral del sistema educativo: autoridad del profesor, valor del esfuerzo, reconocimiento del alumno, ....." e implicación de la familia, apuntaban ayer en el programa que vi.
Un abrazo y ánimo sin medida.
José Luis
Normalmente comento con nombre hoy lo hare como Anónimo.Me gusta tu "artículo", tienes razones para no apoyar a la enseñanza pública, pero yo como profesor de un instituto público creo que te equivocas por que no todos somos iguales en los colegios públicos, yo si apoyé el año pasado a los cocertados y privados.Vuestro sueldo va en función de vuestra empresa, el nuestro depende del gobierno, nosotros hemos hecho oposiciones para trabajar, vosotros no.Con esto quiero decir que somos profesores iguales pero no en mismas condiciones.He leído que tienes familiares en colegios públicos por ello y por lo que acabo de decir espero que te des cuenta de por que vamos a ir a la huelga.
ResponderEliminarPedro, no creo que tengamos mucho apoyo en esto de que nos reconozcan que nuestro trabajo es el mismo que el de la pública. Pero que nos oigan por la red, aunque sea así...
ResponderEliminarUn saludo.
José Luis, a mí no me importa que vayan a la huelga. Que lo hagan, si creen que deben hacerlo, por supuesto, pero que dejen claro que son los de la pública, no nosotros. Y que no nos pidan el apoyo que no nos han dado cuando nos tocó a nosotros...
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Pepe. Me han dicho que han tetuiteado mi entrada varias veces. Habrá polémica en algún rincón de la red...
ResponderEliminarUn abrazo.
José Luis, así es: más les hubiera valido a estos sindicatos salir a la calle, honradamente, cuando se han ido planteando reformas educativas que no han conducido más que al absurdo en el que las familias pueden llegar a ir a la Inspección para evitar que su hijo repita un curso porque es más alto que el resto de sus compañeros (literal). Pero me temo que una reforma seria, de raíz, no se va a atrever a hacerla ningún partido político. Y es que el poder de control sobre lo educativo es goloso e importante...
ResponderEliminarUn abrazo.
Anónimo, ¿qué problema hay porque se sepa quién eres?
ResponderEliminarSobre lo que comentas de nuestros sueldos, te comunico que no somos empresa privada, de forma que van regulados por nuestro convenio; ya se ha conseguido la equiparación en algunos puntos, pero no en otros. Yo no trabajo en la privada, que sí es una empresa como tal. De esta forma, mi sueldo, como el tuyo, depende del gobierno y de los acuerdos que haga con los sindicatos, de forma que es menor que el vuestro pero, curiosamente, la reducción del curso pasado fue igual que la vuestra. A mí me redujeron el sueldo un 7%. ¿Y a ti?
Como tú dices, tú has hecho una oposición para trabajar. Esto es con frecuencia vuestro escudo y defensa mayor. Pero me pregunto si ese examen ya justifica que no os recicléis, que no os obliguen a pasar controles de calidad, que no tengáis la visita semanal puntual del Inspector, que podáis faltar a vuestro trabajo con más descontrol que nosotros (podría citar una veintena de casos que conozco). Claro, debe de ser que mi título de licenciada es inferior en calidad que el tuyo... Podrías decirme que hiciera la oposición (que la conozco, por cierto), pero esto es cuestión de decisión personal, pues la escuela pública no suele ser partidaria, generalmente, de ideales que sí defiende una línea de escuela concertada.
Tengo un familiar que ha estado en al escuela pública, sí, y era el primero en decir que nuestra situación era peor que la vuestra. Yo no apoyo vuestra huelga ni voy a firmar nada a vuestro favor en este caso porque no lo hicisteis por nosotros en su momento, ni los sindicatos. En este caso, los medios de comunicación sobre vuestros motivos de huelga son demagógicos y no aclaráis que el asunto es vuestro.
Un saludo.
Confiemos en que más pronto que tarde, algún partido político "per se" o "per concilium" con otros, plantee y ejecute esa reforma, cuya necesidad es ya clamorosa en toda España. Quiero ser optimista.
ResponderEliminar"Anónimo": te veo bien intencionado, pero muy equivocado. Desde la "alegría" que propician estos modos de comunicación virtual, te invito a que reflexiones en soledad, "apagando" la sintonía mediático-política impuesta por los sindicatos, sobre cuál derecho crees que debe prevalecer: si el tuyo de no favorecer un ajuste del gasto, o el de tus alumnos a recibir de ti tu trabajo.
Tengo 60 años y soy padre de cuatro hijos que me han visto trabajar por la Universdad mañanas, tardes y más noches de las que, quizá, debí hacerlo. Hoy se defienden todos trabajando duro. Lo que quiero es resaltar el valor del ejemplo y de la jerarquía de conflictos, no, naturalmente, prejuzgar la laboriosidad de nadie.
Un saludo.
José Luis
José Luis, veo complicada esa reforma porque lo ideal sería un consenso general de todos los partidos políticos, y el tema del control sobre la educación es muy goloso para el poder... Interesante apreciación la de lo mediático de los sindicatos...
ResponderEliminarUn abrazo.
Que vida más dura la del profesorado, tanto de la pública como de la concertada. Todavía no conozco un docente que no se queje de algo.
ResponderEliminarSuerte.
Adolfo, si es que cada día tiene su afán... Suele salir lo malo, eso sí es verdad, pero es que estas cosas me enervan. No soporto la demagogia barata.
ResponderEliminarUn beso.
Hace un par de días leí sobre este problema que tienen en el blog de S.Cid y me sorprendí mucho. En mi país no existe la educación concertada -solo la pública y la privada- y hasta que Cid no me lo explicó, no entendía muy bien cómo iba la cosa.
ResponderEliminarSolo a modo de información, los requisitos de ingreso a la enseñanza pública son en primer lugar, el título docente de la asignatura que corresponda, pero como con los titulados no se cubren las plazas, a partir de ahí también ingresan estudiantes de los profesorados, universitarios, e incluso bachilleres (aunque ya es casi imposible ingresar solo con haber terminado el secundario, aún quedan profesores viejos que no tienen estudios sistemáticos de la asignatura que imparten). A partir de ahí todos tenemos derecho a concursar por la efectividad (que serían las oposiciones españolas), con el consiguiente incremento de sueldo (no demasiado, la verdad) y estabilidad laboral, pero compartimos los mismos institutos y aulas los profesores titulados (que cobramos un 7,5% más que los que no lo son) con los que no, y los efectivos ganadores de concurso con los interinos que no lo han hecho.
No me animo a opinar con respecto a su conflicto, aunque entiendo los argumentos, lo que sí tenemos en común es que se forman divisiones entre colegas por estos temas, pero bueno, supongo que eso es inevitable.
Justo el día de hoy estoy de paro yo, un paro nacional de 24 horas para toda la educación tanto pública como privada y en todos los niveles, y sin embargo mi hija mayor fue a clases (ella va a al mismo liceo donde yo enseño: secundaria pública) y todavía no ha vuelto, así que muchos de mis compañeros de liceo decidieron no hacer el paro. Claro que si después logramos algo con la medida, no dirán que no al aumento salarial.
Un saludo grande!
Ana Laura, escuché la noticia de vuestra huelga en el telediario y leí la noticia también en el periódico.
ResponderEliminarYo no estoy en contra de las protestas de mis compañeros profesores de la pública, sino en contra de la manipulación de los sindicatos, que no se les vio ni cuando empezó esta dura crisis económica que vivimos en España (ya ya son cinco millones de parados), ni cuando a nosotros, los de la concertada se nos aplicaron los recortes presupuestarios el curso pasado.
Y, por supuesto, totalmente en contra de crear bandos de "buenos y malos" entre personas con la misma profesión. Pero esto es así aún.
Un abrazo.
Entendí tus argumentos, y los comparto. La verdad es que me sorprende mucho que las noticias del paro uruguayo haya llegado hasta ustedes, qué bueno.
ResponderEliminarUn saludo :)
bueno...por lo que veo, todos los profesores de la privada se quejan...parece que nos tienen envidia a los de la pública...normal! como has dicho, tenemos más vacaciones, mayor sueldo, menos horas de trabajo...pero las cosas no se consiguen así como así, esto es la recompensa de un largo esfuerzo, cual es? LA OPOSICIÓN! una gran diferencia muy grande, si, maestros somos todos, pero no iguales. Ya solo faltaba que estuviesemos en las mismas condiciones ambos, después de tener que pasar un exámen como es la oposición. O acaso tu sabes lo que es estudiar un año, 6 horas diarias, pagar una academia para llegar y sacar un 8 y...quedarte en la calle?? ver que un año de esfuerzo no ha servido para nada, al contrario,para desilusionarte más y llegar a la conclusión de que aún te quedan mínimo dos años más de estudio, de esfuerzo...¿crees que no nos merecemos algo mejor que vosotros? si todos cobrasemos lo mismo y tuviesemos los mismos beneficios...¿quiés estaría en la pública? por que yo no! es muy fácil quejare desde los privados cuando no comprendes la situación de los opositores. Pero si tantos beneficios tienen los de la pública...animo!!! a estudiar oposiciones y dentro de unos meses...me cuentas!
ResponderEliminarAnónimo con alto estatus y estupendos beneficios, creo que antes de acusarme de cosas que no sabes, sería bueno que te informaras de con quién estás hablando, porque igual te llevarías una sorpresa. ¿O es que te crees que eres el único/a que se ha presentado a una oposición? Tal vez deberías saber que yo SÍ me he presentado a una oposición, SÉ perfectamente lo que es, lo que se vive, lo que pasa cuando estás sin plaza y conozco la siotuación de la pública PERFECTAMENTE... La próxima vez, te informas mejor antes de acusarme a mí de ser de inferior categoría que tú (por cierto, tres carreras universatarias, dos exámenes orales con tribunal y una oposición).
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