Un alumno nuevo del cual apenas sé el nombre, aspecto y ubicación en su clase, levanta la mano -una mano grande, desproporcionada, en lo desgarbado de la adolescencia:
- Profe, y los deberes que mandas, ¿hay que hacerlos?
Pues empezamos bien...
- Profe, y los deberes que mandas, ¿hay que hacerlos?
Pues empezamos bien...
¡Cáspitas!
ResponderEliminarBueno, mira el lado positivo. Al menos te lo pregunta a principio de curso, aún existe una remota posibilidad de salvación.
ResponderEliminarEs bueno situarse y tener las cosas claras desde el principio.
ResponderEliminarDios Santo.
Me voy a quedar con eso de que aún hay salvación...
ResponderEliminarEso es saber a qué atenerse. Un alumno templado y con los pies en el suelo, sí señor. ¡Que no te pase na...!
ResponderEliminarUn alumno con las cosas claras, sí, jejeje...
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