-¿Hum? -levanto la vista del libro, pensando qué nueva trastada estará maquinando a mis espaldas.
- Mamá, ¿tienes la caja de maquillaje?
Me levanto. Hace unos días un silencio sospechoso en su habitación me confirmó que algo no estaba bien al final del pasillo, y me encontré a Niña Pequeña con los párpados y las uñas pintadas en rosa, tras haber usado de forma indiscriminada y abusiva su pintura de cera. Me lancé, horas después, a comprar una caja de maquillaje de disfraces para evitar más accidentes -y por el bien de la caja de pinturas.
- ¿Cómo quieres que te pinte? -le pregunto, consciente de que, en su deseo, agotará la segunda caja de purpurina.
- Las uñas, mamá, del color de las princesas.
Las uñas, como todas las princesas, deben ser de color luminiscente.
ResponderEliminar¡Ooooh! Musume wa kawaii desu koto, Negre-sensei~!
ResponderEliminar*-*
PD: Eso último significa: ¡Que mona/linda es su hija, Negre-sensei! *-*
PD2: Estoy escribiendo una serie de trigonometría para un famoso blog de divulgación en habla hispana(El Cedazo), espero que no tenga que dialogar mucho con los editores antes de que me publiquen
Y lo cierto, José Luis, es que hoy me decía que para cuándo también las uñas de los pies...
ResponderEliminarUn saludo.
Kratso- san, lo cual me confirma que rozas la genialidad y todos nos equivocamos en la forma de evaluarte ;-) Conozco el blog. Ya me contarás.
ResponderEliminarUn abrazo.