¿Cuándo se consigue la verdadera independencia?
- Terminas de estudiar -en mi caso. Consigues un trabajo. Tu primer sueldo. Dejas de pedir en casa para aprender que es mucho mejor rascarse el bolsillo propio -al menos así no tienes que rendir cuentas a nadie. Tu Banco te envía la renovación de tu tarjeta de crédito: has entrado en la madurez económica.
- Logras tener tu propia casa. Te esclavizas al Banco de turno por el módico precio de un tercio de tu vida, o a tu casero. Ya puedes poner las cucharas y los vasos donde quieras, y recoger -o no- las migas del mantel, allá tú, sin temor a que alguien te recrimine tu ignorancia doméstica en lo que a ubicación de enseres se refiere.
- Han pasado unos meses desde que pones el pie en tu actual casa. Recibes la visita -sorpresa- de tu padre, que echa un vistazo al agujerillo en el que vives -tu suegro, seguramente, abrió la nevera sin más-, y te espeta: "¿Ya sabes dónde están las cosas en tu cocina?". Hombre...
- Transcurre tu vida con calma y más o menos sosiego. De vez en cuando necesitas hacer algún recado o compra gorda para casa; no importa, porque existe internet y se puede hacer ya de todo sin salir del hogar. Pero... Niña Pequeña hierve de fiebre de madrugada -por ejemplo-, o al día siguiente truena y el diluvio cae de nuevo sobre la Tierra, o la farmacia está urgentemente de guardia a una hora de camino de tu casa. Es decir: no has logrado tu independencia porque ahora, de pronto, uno y uno suman dos y necesitas ese coche que no se te ha ocurrido nunca tener. Un amigo, un vecino, el padrino o alguien de tu familia -incluso aquel que logró renovarse el carnet de conducir sin que le hicieran las pruebas físicas mínimas- te cede su tiempo y te lleva y te trae, en plan Mrs. Daisy.
¡Cuánta razón tienes! Yo también necesito un coche urgentemente...
ResponderEliminarVoy por buen camino, tengo coche jajajaja
ResponderEliminarEs cierto. Quien no tiene coche, depende de los demás con demasiada frecuencia. Y eso, ni es independencia, ni es nada.
ResponderEliminarSaludos.
José R.,
ResponderEliminar¿te marchas de tu casa con urgencia, ruedas para qué os quiero?
Saludos.
Kassiopea,
ResponderEliminarclaro, claro, si empiezas por el final parece todo mucho más fácil ;-)
Saludos.
Perikiyo,
ResponderEliminarcierto, si hace años que mis amigos me vienen avisando de que hipoteco mi tiempo y al final pareces un anexo de la casa de tus padres (que son quienes me pasean).
Uf.
Abrazos.
5.- Llegas a un acuerdo con las pelusas que gobiernan determinados espacios de su casa. Tú las reconoces como nación y ellas no se plantean un ataque armado.
ResponderEliminar6.- Aprendes repentinamente que la nevera no se llena sola, rompiendo así uno de los mitos soñados de la infancia.
Anexo al 6.- Los chinos sí vienen a tu casa, pudiendo contrarrestar la vaguería propia de la nevera.
7.- Como si fueras Patton, trazas en el salón de tu casa un mapa delimitando con un compás hasta qué límite de tu casa tienes todas las tiendas, farmacias y chinos que necesitas para sobrevivir.
8.- El Metro, ese invento para los que no tenemos coche.
Anexo al 8.- Los amables trabajadores del Metro deciden que a lo mejor tendrías que haberte sacado el carnet.
Rut's uncle...
ResponderEliminarobservo en vos una natural tendencia a la pluralidad y el respeto a las multi y meta culturas que le rodean, lo cual es digno de alabanza.
¿Insinúa que tiene una directa y ágil relación con los trabajadores del Metro de Madrid? Está de suerte en estos días. Siempre quedará el bus.
O el caballo.
Jar.
Con un Panzer entraba yo en el suburbano de ser posible.
ResponderEliminarPanzer tío de Rut,
ResponderEliminarcomentaba el periódico que, como poco, esta huelga les va a suponer 500 euracos menos...
Jar.