La nieve es a los niños como un helado a la puerta del colegio.
Nevaba ayer, de nuevo, aquí, en algún punto del centro de la meseta, y los niños se apelotonaban junto a las montañitas de nieve que el aire había dejado arrinconadas junto a las rocas del patio del colegio y los bordes de la escuela. Ayer, sí, había que ir al colegio, decían sus manos enguantadas mientras acunaban bolas de nieve blanca que pronto serían proyectiles invernales.
Y yo, por si acaso, había dejado el Negrevercarruaje un poco más lejos de lo habitual...
En mi país no nieva, nunca disfruté del placer de una buena guerra de nieve :)
ResponderEliminarAna Laura, es necesario entonces que puedas venir por estos lares...
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