Mis compañeros hoy eran atacados por una ira enferma traducida en trajín de cajas de mudanza y bolsas de desechos fungibles apilados durante diez o más años.
Pero lo peor es lo de los cuadros. Ayer mi amiga Maricarmen y yo volvíamos de comer y nos quedábamos paradas en la entrada. Y es que faltaba algo. La mano de Josemanuel, alargada como la sombra del ciprés aquel, había acabado con los cuadros; las paredes estaban desnudas. Echábamos de menos la presencia en la que no habíamos caído hasta que ya no estaba.
Como en la vida real.
¿Cuántas cajas de mudanza seremos capaces de llenar en el colegio estos días?
Pero lo peor es lo de los cuadros. Ayer mi amiga Maricarmen y yo volvíamos de comer y nos quedábamos paradas en la entrada. Y es que faltaba algo. La mano de Josemanuel, alargada como la sombra del ciprés aquel, había acabado con los cuadros; las paredes estaban desnudas. Echábamos de menos la presencia en la que no habíamos caído hasta que ya no estaba.
Como en la vida real.
¿Cuántas cajas de mudanza seremos capaces de llenar en el colegio estos días?
Y todo para volver con las cajas al cabo del verano.
ResponderEliminarEn cualquier caso, espero que disfrute mucho de sus vacaciones, madame.
Buenas noches
Bisous
Acumulamos muchos trastos. Parece increíble cuánto me cuesta a mí separarme de ellos. Un abrazo.
ResponderEliminarMadame, Isabel,
ResponderEliminarimagínense que un compañero ha encontrado entre sus cosas una foto de profesores de hace cinco años... Yo me he quedado en lo esencial: dos pequeñas cajas.
Pero para la próxima, espero reducir a un mínimo pendrive :-)
Feliz noche.
Ahora, toca ir soltando el lastre del ya pesado curso.
ResponderEliminarFeliz verano.
Perikiyo,
ResponderEliminary resetear.
Un abrazo.