Oigo trastear a Niña Pequeña por su cuarto; hace unos días protestaba:
- Mamá.
- ¿Hum?
- Mamá, se ha roto el ala de mi muñeca Campanilla -dice, enfadada consigo misma.
- No te preocupes: buscaré pegamento y lo podrás arreglar.
Niña Pequeña juega a ser mamá, y ha improvisado una consulta de juguetes doloridos. Desde el fondo del pasillo una voz queda.
- Doctor, doctor: mi muñeca tiene un problema.
- ¿Qué le pasa, mamá Niña Pequeña?
- Que tiene rototitis...
¡Y seguro le receta pegamentox! Qué ganas dan a veces de convertirse en mosca, para pararse en la pared y espiarlos mientras juegan, ¿verdad?
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