Una novísima lectora le ha regalado esta mañana a Niña Pequeña este precioso ratoncito para facilitar al Ratón Pérez su delicada misión de cambiar dientes de leche por regalitos nocturnos.
A veces pasan cosas como estas, que iluminan el día por ser sorpresas inmerecidas.
Inesperadas, sorprendentes, maravillosas, sí. Inmerecidas, no.
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