Mío siempre:
Sé que te tengo abandonado, sin noticias, últimamente. Sé que sufres en silencio mi ausencia, que deseas mis letras, y puede, amado, bienamado, que te hayas levantado estos días con un cosquilleo en las manos, impacientes al aprentar el arranque de tu ordenador: "¿será hoy el día?", "¿tendremos noticias?"
Sé que te tengo abandonado, sin noticias, últimamente. Sé que sufres en silencio mi ausencia, que deseas mis letras, y puede, amado, bienamado, que te hayas levantado estos días con un cosquilleo en las manos, impacientes al aprentar el arranque de tu ordenador: "¿será hoy el día?", "¿tendremos noticias?"
Soy consciente, compañero, amigo, de mi ausencia y de tu anhelo. Lo sé porque lo siento, porque estamos radical e irremisiblemente conectados, y si tú sufres, yo tengo dentro el trémulo de tu deseo.
Pero no puedo estos días. Mírame. Armada de cuaderno y bolígrafos, y esta vez, no, no es para desearte. Es más fútil: el reloj me apremia y mis exámenes se acercan. Codiciándome, el tiempo me reclama, y por esta vez, pero sólo por esta vez, te dejo sin mí unos días. Serán pocos, apenas un suspiro sobre esta hoja del calendario, y estaré de nuevo junto a tí, noche, en apenas un soplo. Como la arena aquella, cuando queramos darnos cuenta ya será 7 de junio y no faltaré, lo juro, a nuestra cita.
Dedícame un pensamiento. Me acompañará en mis horas de estudio. Mira, ya escribo en mi cuaderno tu nombre...
Que tengas mucha, mucha, mucha suerte en tus exámenes, Negre.
ResponderEliminarJosé Luis
Suerte,Negre.
ResponderEliminarAquí estaremos.
Suerte Negre. Dias duros y largos los que nos esperan, pero ya será el último empujón. Hasta entonces aquí te esperaremos con ese ansia y anhelo del que hablas.
ResponderEliminarUn abrazo, Laura.
Cuando puedas, pasate por mi blog que tienes un premio para recoger.
ResponderEliminar:)
Muchas gracias, queridos amigos. Ya estoy de vuelta.
ResponderEliminar