Escucho en la medida que el ruido de mi impresora quema y escupe los papeles que usted no está muy de acuerdo con esto de los días de fiesta de esta semana. He creído oir también que, no sólo propone que las fiestas se cambien a lunes, por no sé qué motivos económicos que justificarían la ventura de movilizar los días de la semana, sino que en esta medida iría incluído el día de Reyes.
Mire usted, estimado presidente de la patronal. Yo no entiendo mucho de economía. Bueno, sí, de la microeconomía de mi casa, que hace que compre marcas blancas y espere a poder oir el tintineo modesto de unos céntimos en mi cartera de final de mes. Ignoro, entonces, si movilizar las fiestas mejoraría el rendimiento económico del país, si sería esta la medida apremiante para solucionar la crisis del largo momento que vivimos. Aunque, ya que estamos, esto de cambiar días de la semana me recuerda a aquello bíblico de querer ser como dioses; no podemos dejar el empeño de manipular a los de nuestro alrededor, que aspiramos a cambiar también de sitio los días de la semana.
Pero que mi hija, sí, que Niña Pequeña no pueda disfrutar de su día de Reyes, de su abrir los regalos el día 6 de enero, de romper de manera impulsiva los papeles brillantes que se resisten, de no saber bien por qué paquete empezar, de no poder comprobar después que la magia ha hecho que los camellos se hayan bebido el agua, Sus Majestades la leche y sólo quede un resto de galleta mordisqueada en el plato bajo el árbol y junto al Belén. Por ahí sí que no paso, estimado presidente de la patronal. Y ya le aviso que, si su medida se llevara a cabo, Niña Pequeña el 6 de enero, fuera martes, jueves o santo viernes, no iría ese día al colegio. Y mire que yo soy profesora, ¿eh? Porque el día de Reyes es sagrado, ¿sabe?
Tal vez usted no tenga ya hijos pequeños, es muy posible que no tenga el miedo metido de no poder escuchar los céntimos de los que le hablaba antes -porque no me cabe duda de que el ruido del papel en su billetera seguro que suena distinto. Pero en aras de mejorar la economía nacional, aumentar la productividad de una semana cuyas festividades caen en martes y jueves una vez cada siete u ocho años o por mejorar el sonido de su billetera, por eso, estimado presidente de la patronal, por ahí no paso. Entiéndase con los Bancos, con sus sesudas señorías, con sus ocupadísimos colegas de duro trabajo. Pero el día de Reyes de mi hija, ese, ni se le ocurra tocarlo.
Un saludo.
En mi país se corren los feriados a lunes siempre, para alargar los fines de semana y vaya a saber qué motivos más. Así que estamos acostumbrados a festejar las fechas históricas importantes en días de clase. Pero la medida no se extiende a los feriados de tipo religioso o tradicional, el 1 de mayo, 2 de noviembre, 25 de diciembre, 1º y 6 de enero y carnaval son inamovibles.
ResponderEliminarSería un disparate decirle a la gente que fuera a visitar a sus muertos el 4 porque conviene más, o que abriera los regalos el 8 porque cae lunes.. estoy contigo.
Ese día que Niña Pequeña se quede en casa, seguro no serás la única madre en tomar esa medida. Eso abrirá los ojos al presidente de la patronal sin dudas.
Besos
Podría escribir también un largo parrafo con mis argumentos e ideas, pero apenas tengo tiempo ahora y además vendrían a ser básicamente lo que tu has dicho. Con lo cuál lo dejo en una simple frase:
ResponderEliminar¡Muy bien dicho Negre!
Un saludo, Laura.
No creo que se atreva, tranquila. Además cae en viernes.
ResponderEliminarJosé Luis
Ana Laura, estos días en los medios de comunicación sale este tema, ya que el 6 y el 8 de diciembre son fiesta aquí. Y cuando caen como este año, en martes y jueves, siempre la misma historia. Creo que en otros países europeos también hacen los mismo que vosotros, aunque no me acaba de convencer (¿tradición?). Tal como está el tema con lo religioso, yo pongo hasta en duda que se respetaran estas fiestas.
ResponderEliminarDesde luego, sería penoso que Él no pudiera asistir a cómo su hija abre los regalos porque tuviera que ir a trabajar... Espero que no se les ocurra semejante disparate.
Un saludo.
Gracias, Laura. Casi me colapso anoche al oirlo en el telediario...
ResponderEliminarUn saludo.
José Luis, espero que así sea, porque me parece una insensatez. Mayores preocupaciones hay ahora mismo, pero, claro, igual es que es mejor que la gente no piense demasiado...
ResponderEliminarUn saludo.
¡Luchemos, esté como esté la situación, a mantener criterios firmes que vayan más allá de la eficiencia y la productividad!¡A las barricadas!
ResponderEliminarPues lo tenemos claro con tanto papá Noel y tanta importación de costumbre anglosajona. Seguro que, si además de al presidente de la patronal, llega alguna asociación enarbolando la bandera de la conciliación familiar y laboral, el día de reyes tiene los años contados. Y Niña Pequeña hará bien de quedarse en casa.
ResponderEliminarTambién quieren pasar el Jueves Santo al lunes.
ResponderEliminarDicen que así aumentaría la productividad. ¿Cuántos días festivos tenemos al año, 14, 18? De esos caen unos cuantos entre semana. ¿De verdad aumentará la productividad de las empresas y los trabajadores pasando esos días festivos a lunes? ¿Subirán las empresas como la espuma y desaparecerá la crisis? Francamente, me parece una solemne tontería, como la de los cambios horarios en las distintas estaciones del año para ahorrar energía.
Los motivos de la crisis no son los días festivos. Eso es lo que deben mirar los señores empresarios, los señores banqueros y los señores gobernantes.
En el caso concreto del Jueves Santo, prefieren evitar un puente de cuatro días, pero si pasan la fiesta al Lunes Santo, habrá dos puentes de tres días. ¿No es eso peor para la productividad?
En fin...
Medioambiente, que te linchan...
ResponderEliminarPedro, yo me he declarado siempre a esta invasión navideña de costumbres anglosajonas, y me niego en redondo a celebrarlas en mi casa. Desde luego que el día de Reyes se mantendrá dentro de estas murallas...
ResponderEliminarUn saludo.
Perikiyo, no había oído esto que nos comentas. Lo que me faltaba. No sé si esto estará también en la línea de ir acabando poco a poco con festividades religiosas; total, el Jueves Santo no es más que experiencialmente productivo, ¿no?
ResponderEliminarHorrorizada me encuentro... Un saludo.